Félix Población
El ajedrez ha servido como vínculo solidario para que una familia ucraniana sea acogida en la aldea leonesa de Casasuertes, sita en la comarca de Valdeburón, en donde ha encontrado su primer hogar gracias a Daniel Escanciano, natural de esa localidad ubicada en la vertiente leonesa de los Picos de Europa.
Según publica el diario ILeón, una llamada a Escanciano por parte de un profesor de ajedrez le puso en conocimiento de la situación por la que pasaba la familia Prochaeva, obligada a abandonar su país por la guerra que lo asola desde hace más de un mes. Cuatro niñas de esa familia, formada por ocho miembros, se habían destacado hace años en unos campeonatos mundiales de ajedrez que tuvieron lugar en Santiago de Compostela. La relación de ese profesor con los Prochaeva con motivo de esa convocatoria hizo posible que supiera de su situación como refugiados y que Daniel Escanciano, ingeniero leonés residente en Madrid y también jugador de ajedrez, se ofreciera para poner a disposición de la familia ucraniana su casa natal, acondicionada previamente para que estuviera en condiciones de habitabilidad.
Se da la circunstancia de que esa pequeña localidad leonesa solo tiene dos habitantes durante el invierno, por lo que la llegada de la familia Prochaeva multiplicará por cinco el número de sus vecinos. El pasado día 7, los Prochaeva encendieron la chimenea de su nuevo hogar, a miles de kilómetros del suyo, y decenas de habitantes de los pueblos del entorno celebraron su llegada con un chocolate caliente. Todos los refugiados son dignos de acogida.
Ojalá esa familia ucraniana pueda encontrar razones de vida en esas comarcas que tanta vida fueron perdiendo. Se me ocurre sugerir a los municipios del entorno que Alina, Tina, Elizabeta y Olha, las cuatrillizas ajedrecistas de diez años hijas de Olena y Daym, podrían encabezar un proyecto para que ese juego se enseñara y practicara en las escuelas y centros de enseñanza de las comarcas próximas.
DdA, XVIII/5136
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