sábado, 9 de abril de 2022

¿EMPRESARIOS O PARÁSITOS?


Marcelo Noboa Fiallo

Mientras morían diariamente más de 1000 ciudadanos y ciudadanas (en Madrid 300) durante los peores días de la pandemia; mientras el personal sanitario exhausto, doblando turnos, por un salario precario, salvaban vidas a costa de las suyas; mientras en las residencias de ancianos morían como chinches en la soledad más absoluta y sus familiares impotentes lloraban en un rincón de sus casa; mientras los sanitarios se protegían con bolsas de basura y “mascarillas domésticas”; mientras media España lloraba a sus muertos y la otra permanecía confinada con el miedo en el cuerpo; mientras la ciencia se declaraba incapaz de devolvernos la esperanza; mientras la solidaridad se hacía patente todas los días a las ocho de la tarde en los balcones a través del aplauso agradecido hacia el personal sanitario, policía, bomberos, taxistas…; mientras decenas de miles de trabajadores resistían gracias a los ERTE; mientras los pequeños y medianos empresarios resistían también gracias a los ERTE y su voluntad de arrimar el hombre para que el tejido productivo del país aguantara. Mientras todo esto ocurría en un país (y en resto del mundo) que puso a prueba su sistema sanitario público, había quien o quienes se estaban forrando impúdicamente con el dolor.

La fiscalía anticorrupción se ha querellado contra dos personajes de la farándula, representantes de la España parásita con vínculos y contactos con el poder en el Ayuntamiento de Madrid, a través de un informe demoledor por el que se les acusa de cobrar comisiones millonarias (seis millones de euros de una factura de 15 millones). El juzgado de instrucción 47 de Madrid lo ha admitido a trámite y procederá al interrogatorio de los “patriotas” y de los testigos que el juez tenga a bien citar, entre los que no faltaran a la cita judicial estará el primo del Alcalde, Carlos Martínez-Almeida, quien ejerció de enlace con altos responsables del Ayuntamiento y con la mano derecha del alcalde, José Luis Martínez-Almeida.

Los “patriotas” de banderita española en la muñeca son Luis Medina, hermano del actual duque de Feria (ya saben que estos títulos se heredan) e hijo de Naty Abascal y el otro “pájaro patriota”, Alberto Luceño. El primero, acostumbrado a lucir palmito en las pasarelas de moda y programas basura de la televisión, lucirá palmito en la “pasarela” de los juzgados. Los dos “empresarios” implicados dijeron actuar “movidos por el deseo de ayudar” en la lucha por la pandemia. La fiscalía anticorrupción sostiene que “en realidad, su ánimo fue obtener un escandaloso e injustificado beneficio económico” y solicita penas por estafa, falsedad y blanqueo de capitales.

Suponemos que los primeros indignados serán los empresarios de verdad. Los empresarios que, con su actividad, generan riqueza, crea puestos de trabajo y con sus impuestos contribuye al sostenimiento del bien común. Estos personajes de la farándula son parásitos de la sociedad, siempre al acecho de dar el golpe en virtud de los contactos que establecen con el poder y las tramas familiares a las que pertenecen.

Como todo “patriota” de banderita en la muñeca, son horteras y zafios. Con el botín obtenido con el negocio del dolor han comprado coches de lujo (Ferrari, Lamborghini, Porche, Mac Laren, Mercedes de alta gama…) un yate, Rolex, un pisos de lujo… y vacaciones de jeques en Marbella. Todo ello, durante los mismos días en que el dolor se hacía insoportable en la sociedad española. A nadie le extrañaría que estos chorizos de medio pelo a la vez que daban el sablazo a la administración pública se estuvieran manifestando en el barrio de Salamanca, con caceroladas incluidas, pidiendo la dimisión del gobierno por no permitirles ir a jugar al golf en tiempos de pandemia. 

     DdA, XVIII/5134    

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