Lazarillo
Los medios de comunicación en general han sido este año muy poco generosos, por no decir casi nada, con la conmemoración del nonagésimo primero aniversario de la proclamación de la segunda República el pasado 14 de abril, fecha que en esta ocasión coincidió con la festividad de Jueves Santo, sobradamente celebrada con procesiones y demás actos litúrgicos en nuestra aconfesional televisión pública, según se hacía y muchos recordamos en tiempos de la dictadura franquista. Esa misma festividad hizo que se pospusiera, al parecer, la celebración del 14 de abril de 1931 en una ciudad donde la Semana Santa tiene el derecho o el privilegio de imponerse a cualquier otra celebración, ya sea durante el ominoso viejo régimen -cuando no era posible otra- o en el aconfesional régimen de 1978. Se podría consolar este Lazarillo pensando que en Sevilla la conmemoración tricolor se la ha hecho coincidir este año con el Día del Libro, una herramienta a la que tanta primacía dio el primer gobierno republicano con la construcción de miles de escuelas y bibliotecas, la dignificación de los profesionales del magisterio y la intensas y extensas campañas pedagógicas. No obstante, es de resaltar -y así lo hago- que una celebración histórica y democrática se posponga a otra de carácter religioso en un país constitucionalmente acofensional.
DdA, XVIII/5145
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