Lazarillo
Nunca fueron los modales, actitudes y comportamientos públicos del asesor máximo de la presidenta de la Comunidad de Madrid un ejemplo a seguir. Antes al contrario, la trayectoria de este periodista que creció a la vera de Aznar en el primer gobierno de este durante su presidencia en la Junta de Castilla y León es más bien todo lo contrario. No es preciso recordarlo al volante con unas copas de más o insultando en los platós de televisión a algún adversario dialéctico. Pero, con todo, ahí lo tienen, marcando la pauta de la presidenta mayoritariamente votada en la comunidad madrileña, y, por lo tanto, muy crecido en su papel como asesor de quien por su gracia no va a renunciar a ser lideresa del Partido Popular. Eso le imbuye de una fortaleza bruta capaz de empujar a la reportera Ropero, de El Intermedio, ante el derecho de la periodista a preguntar a Díaz Ayuso, con motivo de su presencia en la toma de posesión de Mañueco como presidente autonómico de Castilla y León. La reportera solo quería saber por qué no estaba en Valladolid el nuevo líder del partido y sí la aspirante a lideresa. Las cámaras dejaron constancia del asesor máximo haciendo las veces de cualquier celoso y excedido guardaespaldas. Ocurrió en Valladolid, marcando acaso modales con los medios de comunicación no afines al gobierno de coalición con la extrema derecha. Andrea Ropero reaccionó con toda la energía y dignidad que requería la ocasión.
DdA, XVIII/5143
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