Félix Población
Más de una vez he recordado, con motivo de las presentaciones de mi libro La memoria nombrada (ed. El viejo topo), que no pocas familias iniciaron la búsqueda de los restos mortales de sus deudos asesinados por el franquismo a finales de los años setenta del pasado siglo. Les bastaba entonces para ello con los testimonios orales de quienes vivieron aquella trágica pesadilla, tal como pude comprobar en algún caso.
Aquellas primeras excavaciones, realizadas todavía con miedo, se interrumpieron el día en que se produjo el intento de golpe de estado en 1981. Actualmente, las asociaciones de Memoria Histórica repartidas por el país, y más concretamente las de Castilla y León, están temiendo que la llegada de la extrema derecha a este gobierno autonómico pueda volver a interrumpir la búsqueda de las víctimas de la dictadura.
Eso es lo que se desprende de los que dijo el líder de Vox, prometiendo hace un par de días hacer todo lo posible “por derogar la legislación ideológica izquierdista sobre Memoria Histórica”. Se trata, en este caso, del decreto firmado en 2018 por el predecesor del actual presidente, Juan Vicente Herrera, cuando el Partido Popular gobernaba en solitario en Castilla y León.
Fernández Mañueco ha mantenido días atrás que ese decreto 9/2018 se mantendrá en vigor, algo que las asociaciones memorialistas no tienen nada claro desde la incorporación de la extrema derecha al gobierno autonómico. Puede estar en riesgo a partir de ahora la ayuda económica que se prestaba a esos colectivos para seguir investigando en el medio millar de fosas registradas en todo el territorio.
Si Mañueco falta a su palabra, podría ocurrir
que se volviera a repetir la historia que se dio con el intento de golpe de
estado de 1981, solo que esta vez se incumpliría la ley aprobada para recuperar
los restos mortales de quienes se enfrentaron al fascismo. Es de recordar que
la comunidad de Castilla y León no ofreció resistencia apenas a los militares
sublevados en 1936, pero que aun así la represión aplicada fue muy dura. Según
los estudios realizados por la Universidad de Burgos. El número de fosas
identificadas asciende a 526, sin que esta sea una cifra definitiva, y el
número de víctimas está entre 6.000 y 7.000. Hasta ahora se han exhumado los
restos mortales de unas 2.000 personas.
DdA, XVIII/5118
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