lunes, 14 de marzo de 2022

¿POR QUE NO SALIMOS A LAS CALLES POR NUESTROS MAYORES MUERTOS EN LAS RESIDENCIAS?


Félix Población

Se cumplen dos años desde la declaración del estado de alarma con motivo de pandemia por COVID y en este país, en el que fallecieron en torno a 20.000 ancianos en las residencias y geriátricos en los dos primeros meses, no hubo ni una sola manifestación multitudinaria que exigiera  responsabilidades por la desatención y abandono en que lo hicieron. Según Manuel Rico, solo en Madrid fallecieron 7.291 personas sin recibir atención hospitalaria, un 77 por ciento de los decesos registrados en esos centros. En Cataluña murieron 2.797, un 72 por ciento de los mayores que perdieron la vida por COVID o síntomas compatibles. 

Transcurrido dos años desde que tantos ancianos fallecieron en la soledad de sus habitaciones, la Fiscalía General del Estado pareció reaccionar el pasado mes de febrero ante un informe de Amnistía Internacional denunciando su pasividad, pero después de solicitar que se le remitiese en treinta días información sobre los procedimientos penales abiertos, ninguna información se nos ha dado un mes y medio más tarde. 

Al día de hoy, según nos cuenta hoy Rico en InfoLibre, están siendo los familiares de las víctimas los que tienen que impulsar las investigaciones ante esa pasividad del Ministerio Fiscal. Hasta la fecha, la Fiscalía está evitando tomar declaración a cualquiera que pueda disponer de alguna prueba de cargo y sigue faltando una investigación en regla sobre los llamados protocolos de la vergüenza, los mismo que el señor Reyero, exconsejero de Políticas Sociales del gobierno de Madrid, comenta hoy en una entrevista en ese mismo periódico. 

Desde ese gobierno, cuya presidenta fue respaldada después en las urnas por mayoría, se cursaron órdenes para los ancianos afectados por el virus, dependientes o discapacitados, no fueran ingresados en los hospitales. “Alguienen la Comunidad de Madrid jugó a ser dios para decidir quién se salvaba y quién no”, afirma Alberto Reyero, que dimitió de su cargo por ese motivo. También leemos en las declaraciones del exconsejero a Monrosi algo que mueve a recapacitar: “Hay una cosa evidente, el colapso atroz que ocurrió en las residencias no lo vimos los ciudadanos. Si eso llega a pasar en los hospitales hubiera ocurrido a la vista de todos”. 

Puede que la respuesta en las calles hubiera sido distinta si las consecuencias de ese colapso hospitalario hubiera sido las mismas que en las residencias. Por eso tengo la sensación de que a los ancianos enfermos  fallecidos en el abandono también se les ha dejado abandonados después ante esa falta de respuesta popular que no exige a la Fiscalía la diligencia y rigor que le corresponden. 

Pocas veces habrá una razón mayor para que la ciudadanía hubiera salido o salga masivamente a la calle, porque muchos podríamos volver a vivir en circunstancias similares de pandemia lo que sufrieron esos miles de ancianos y sus familias, sobre todo si en esos centros sigue primando el negocio en detrimento de la humanidad y los gobernantes colaboran en ello con unos protocolos de la vergüenza como los que denunció Alberto Reyero, otro político digno que también por eso se fue de la política.

     DdA, XVIII/5109     

No hay comentarios:

Publicar un comentario