domingo, 27 de marzo de 2022

PABLO GONZÁLEZ Y DOS CELEBRIDADES DEL PERIODISMO*

 


Félix Población

En unos pocos días se cumplirá un mes desde la detención e incomunicación en Polonia, en una prisión de máxima seguridad, del periodista español Pablo González, colaborador free lance del diario Público -especializado en los países Europa del este-, al que se le acusa de ser un espía de la inteligencia militar rusa durante la guerra que sufre Ucrania y que cubría como corresponsal del citado periódico. 

Transcurrido ese tiempo, sin que el detenido haya tenido posibilidad de entrevistarse con su abogado español ni de haber podido hablar con su familia, resulta en verdad lamentable el desinterés, la indiferencia o el silencio mantenido al respecto por algunas asociaciones profesionales de nuestro país. Algo similar ocurre con la mayoría de los medios de comunicación. No creo que ni unas ni otros mantuvieran semejante comportamiento de haber sido González encarcelado en Rusia, acusado de espiar para Ucrania.

Pablo González, que tiene doble nacionalidad por haber nacido en Rusia en 1982, se ha caracterizado a lo largo de sus crónicas desde Ucrania por haber informado de los hechos tanto desde la región de Dombás como de las características del batallón ucraniano de ultraderecha Azov. Este corresponsal de guerra no está recibiendo por parte del Ministerio de Asuntos Exteriores el apoyo o la diligencia en la atención que requeriría un ciudadano europeo detenido en un país de la Unión Europea. Nos cuesta imaginar una actitud así por parte de los gobiernos de Francia o Alemania en similares circunstancias.  

“Estamos en la UE. Quien está fuera de la Unión es Polonia. Polonia no está respetando ni la Carta de Derechos Humanos ni siquiera el reglamento de legalización de documentos", considera Gonzalo Baye, abogado del periodista. "Estoy intentando que los organismos europeos se pronuncien. Me he puesto en contacto con el Colegio General de la Abogacía Europea, con el Colegio de Abogados de Polonia, con el Consejo de la Abogacía polaca… Los dos últimos ni siquiera me han dicho 'compañero, gracias por su mail, no nos interesan sus problemas', que en esta situación casi lo podría entender. Pero el silencio a mí me parece de mala educación".

A González se le está privando de los derechos que le asisten a cualquier ciudadano de la Unión Europea cuando es detenido: el derecho a la presunción de inocencia, por un lado, y los derechos básicos a entrevistarse con un abogado de su confianza y a comunicarse con su esposa. Gonzalo Baye ni siquiera ha tenido hasta ahora posibilidad de dialogar a distancia con las dos abogadas de oficio que se le asignaron sucesivamente al periodista español.

De momento, el tribunal regional de Rzeszow (Polonia) hizo saber que Pablo González deberá permanecer en prisión preventiva hasta el 29 de mayo, fecha en la que los jueces decidirán sobre su libertad condicional. ¿Se va a mantener así de activo como hasta ahora nuestro Ministerio de Asuntos Exteriores?, ¿perseverarán también en el silencio ciertas asociaciones profesionales de España?, ¿seguirá siendo tan precaria y en algún caso bochornosa la información al respecto aportada por los medios?

De momento, la Asociación de la Prensa de Madrid se ha limitado a ser noticia estos días, en la persona de Juan Caño, por las palabras que como presidente de esa histórica entidad profesional dedicó a Isabel Díaz Ayuso y a la reina consorte: “Algo debe tener nuestra profesión para generar celebridades de la talla de nuestra reina y de la presidenta de nuestra comunidad”. La grima me impide decir más.

*LUH NOTICIAS  DdA, XVIII/5121

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