viernes, 25 de marzo de 2022

EL CASO DE PABLO GONZÁLEZ, PERIODISTA ESPAÑOL ENCARCELADO EN POLONIA


Félix Población

Se va a cumplir un mes desde la detención e incomunicación en Polonia en una prisión de máxima seguridad del periodista español Pablo González, colaborador del diario Público especializado en los países del este de Europa, acusado de ser un espía de la inteligencia militar rusa. 

Transcurrido tanto tiempo, sin que el detenido haya tenido posibilidad de entrevistarse con su abogado español ni de haber podido hablar con su familia en España, resulta en verdad lamentable el desinterés, la indiferencia o el silencio mantenido al respecto por algunas asociaciones profesionales de nuestro país. Algo similar ocurre con la mayoría de los medios de comunicación. Otra cosa muy distinta habría ocurrido con toda seguridad si el periodista hubiera estado en una cárcel rusa acusado de ser un espía ucraniano.

Pablo González, que tiene doble nacionalidad por haber nacido en Rusia en 1982, se ha caracterizado a lo largo de sus crónicas desde Ucrania por haber informado dando voz a las dos partes en conflicto, informando tanto desde la república popular de Donetsk como de la actividad del batallón ucraniano de ultraderecha Azov. Este periodista no está recibiendo por parte del Ministerio de Asuntos Exteriores el apoyo o la diligencia en la atención que requeriría un ciudadano europeo detenido en un país de la Unión Europea. No nos imaginamos, la verdad, una actitud similar por parte de Francia o Alemania en similares circunstancias.  

“Estamos en la UE. Quien está fuera de la Unión es Polonia. Polonia no está respetando ni la Carta de Derechos Humanos ni siquiera el reglamento de legalización de documentos", considera Gonzalo Baye, abogado del periodista. "Estoy intentando que los organismos europeos se pronuncien. Me he puesto en contacto con el Colegio General de la Abogacía Europea, con el Colegio de Abogados de Polonia, con el Consejo de la Abogacía polaca… Los dos últimos ni siquiera me han dicho 'compañero, gracias por su mail, no nos interesan sus problemas', que en esta situación casi lo podría entender. Pero el silencio a mí me parece de mala educación".

A González se le está privando hasta la fecha, por parte de Polonia, de los derechos que tiene cualquier ciudadano de la Unión Europea cuando es detenido: el derecho a la presunción de inocencia, por un lado, y los derechos básicos a entrevistarse con un abogado de su confianza y a comunicarse con su esposa. Gonzalo Baye ni siquiera ha tenido hasta ahora posibilidad de dialogar con las dos abogadas de oficio que se le asignaron sucesivamente al periodista español.

De momento, el tribunal regional de Rzeszow (Polonia) ha comunicado que Pablo González deberá permanecer en prisión preventiva hasta el 29 de mayo, fecha en la que los jueces decidirán respecto a su libertad condicional. ¿Se va a mantener hasta entonces tal como hasta ahora el Ministerio de Asuntos Exteriores de nuestro país? ¿También el silencio de algunas asociaciones profesionales o la mínima y en algún caso vergonzosa actitud de ciertos medios de comunicación?

     DdA, XVIII/5119     

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