Félix Población
Verdaderamente preocupado ante lo que se juega este país mañana con la elecciones autonómicas en Castilla y León, primeras en las que se vota solo eso en ese territorio, uno de lo más conservadores de España. A lo largo de precedentes comicios, empezando por los de Andalucía hace años, hemos venido observando el avance de la extrema derecha en las urnas, con lo que eso comporta de retroceso histórico en una nación que ha vivido la más larga dictadura de occidente. Es muy posible que todo juegue a favor de que Vox coseche también un buen resultado en Castilla y León y hasta que, con sus escaños, pueda gobernar con el Partido Popular, dadas las probadas y crecientes afinidades entre uno y otro. Si así fuera, podría ser la continuación -a partir del gobierno autonómico de Madrid- de una resuelta colaboración gobernante entre una derecha extremada y la extrema derecha en sucesivos comicios, hasta llegar con toda seguridad a las elecciones generales. Por eso no me cabe otra que votar al partido que me asegura que la extrema derecha no puede tener otra vez ninguna posibilidad de porvenir en el futuro de este país, después de haber promovido una guerra y una larga y cruel dictadura. Espero que tanto las mujeres como los jóvenes entiendan este punto de vista. A estos último les digo lo que apunta Juan Tortosa hoy en el diario Público (La importancia del voto en Castilla y León): "A los jóvenes que se dejan seducir por "el atractivo de la rebeldía facha" les preguntaría: ¿Nadie os ha contado en qué acaban desembocando este tipo de "bromas"? Abrid un libro de Historia, anda, y tomad nota. Con la Wikipedia basta para empezar, no os hace falta más para sacar las primeras conclusiones. Sobre todo si vivís en Castilla y León y os toca votar este fin de semana. Porque cuando gobiernen, si el domingo ganan y llegan al poder, cuando empeoren vuestras vidas y descubráis cómo os van suprimiendo derechos, no os va a quedar ni la opción al pataleo porque vosotros mismos os lo habréis buscado, avisados quedáis". Es lo que vivieron y sufrieron las generaciones precedentes, entre ellas la de Tortosa y el firmante.
DdA, XVIII/5081
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