«Lección de Historia»
A Blas de Otero
Dicen que el año mil novecientos treinta y tantos
la tierra de mi patria dejó de ser de tierra,
porque se convirtió en un suelo estéril
enemigo del trigo y de la lluvia;
que los ríos perdieron temblor y transparencia,
y supieron la forma concreta de la muerte;
que las noches no fueron compañeras del viento,
y los robles doblaron su medrosa estatura
temerosos de una bala perdida…
(mejor se entierra el plomo tras el pecho de un árbol
que entre las jóvenes ramas del hombre,
y mejor todavía
en la corteza muda de la tierra, en las minas…).
También dicen que en tiempos muy lejanos,
siglos y siglos antes del sputnik primero,
pero siglos más tarde
de que el hombre lograra que el sudor de otro hombre
llegara hasta sus manos con el brillo del oro,
también dicen que entonces
los ríos se secaron y el aire se hizo espeso
alguna vez en Gilboé y en Hiksos,
y en la llanura encrespada
de Maratón, bajo el cielo de Grecia.
No sé, yo no recuerdo.
Ni me teñí las manos con sangre filistea,
ni me importaron nada la ambición de Alejandro
ni la sed insaciable de Darío…
y del duelo entre Oriente y Occidente
-ese duelo pendiente todavía
según dice la prensa-,
del duelo entre Persépolis y Atenas,
ya sólo me interesa la hazaña del atleta
que corrió sin descanso
desde la última herida de lanza
hasta el canto primero del pueblo alborozado.
Son cosas ya pasadas:
historias de otros tiempos y otros hombres:
de los hombres que lucharon en Troya
o que sintieron miedo en las trincheras
unos minutos antes del combate en el Ebro…
Yo no sé de esas cosas:
yo soy un hombre que ha nacido más tarde,
alejado en el tiempo de Brunete y Guernika;
alejado del odio por amor a la tierra…
amigo de la tierra y enemigo del odio.
Carlos Álvarez
De: «Los poemas del bardo»
Ed Lumen – 1977©
ISBN: 8426427235
Isabelo Herreros
En la mañana de hoy ha fallecido el poeta republicano Carlos Álvarez Cruz, gran amigo desde la década de los ochenta, y asiduo de nuestra tertulia de los jueves, que pastorea nuestro entrañable Pepe Esteban, amigo del poeta desde los años de militancia antifranquista. Antes de conocer a Carlos, fui lector de sus libros, el primero "Tiempo de siega y otras yerbas"(1970) , de la colección Saco Roto, que casualmente coordinaba Pepe Esteban. Gran poeta y escritor, nació en el seno de una familia castigada por franquismo, el primero su padre, capitán del ejército republicano, fusilado en Sevilla en los primeros días de la guerra, por orden del general Queipo de Llano, por mantenerse fiel a la legalidad constitucional. Durante el franquismo Carlos Álvarez fue encarcelado en cuatro ocasiones, incluso sufrió un consejo de guerra, por considerar las autoridades de la dictadura que sus poemas y escritos eran subversivos. Algunos de sus poemas han sido cantados por Ana Belén, Luis Pastor, Adolfo Celdrán, Aguaviva, Elisa Serna,... En 2017 tuvimos la alegría de ver publicada toda su obra en una cuidada edición. En breve daremos cuenta del acto de homenaje que ya preparamos. Gran persona, muy solidario, gran conversador; cinéfilo y melómano, las dos aficiones que ha mantenido hasta el final de sus días. Salud y República era su saludo habitual. Que la tierra te sea leve amigo. Un fuerte abrazo.
En la imagen, a la derecha, junto a sus amigos David Arranz y Isabelo Herreros.
DdA, XVIII/5095
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