Félix Población
Desconozco por qué el actor y director
Viggo Mortensen, cuya carrera cinematográfica incluye medio centenar de
películas sin que ello le haya quitado tiempo para pintar, escribir y hacer
fotografías, eligió el Centro Niemeyer de Avilés para estrenar sus voz como
poeta. Lo hizo, como cabía suponer por su nombradía actoral más que por el
género literario, con el aforo al completo y en medio de una palpable expectación.
El confinamiento por la pandemia de coronavirus impidió que ese acto se
celebrara hace dos años. Para Mortensen, la poesía y el cine se dan la mano
porque para ambas se requiere la precisión y el abandono, si se quieren hacer
bien: “Hay que ser libre para expresarse al hacer una película o contar un
cuento. Se necesita bastante precisión para esquivar la cursilería, intentar
contar lo que uno quiere decir de una forma disciplinada, con los pensamientos
ordenados. Pero también abandono, dejar cierta libertad y experimentar para
hacer algo que no esperabas hacer. Es importante no sentirse amarrado,
expresarse de una forma libre”. Es una pena que en las reseñas informativas del
recital de ayer en el centro de cultura avilesino apenas se haga alguna referencia
al contenido de los poemas del actor, ni se transcriban algunos de sus versos.
Sí se nos dice que Mortensen se presentó en el escenario con una carpeta muy
desordenada de papeles sobre el atril, y que leyó su contenido con meticulosa
dicción ante la atentísima escucha del respetable: “Esto es lo que voy a leer,
pero tranquilos, si veo que están roncando mucho acorto la aventura”. De la
información sobre el recital de este actor nacido en Nueva York en 1958, que
aprendió su lengua materna en Argentina, solo nos quedan en los periódicos unos
versos de la elegía breve que dedicó a su perrita Briggite, con la que terminó su estreno como poeta en Avilés: “Que te dejen
seguir soñando y te perdonen por no fijarte por donde salía tu alma”. Es de
esperar que no se haga esperar el poemario de Mortensen en las librerías, en respuesta a la expectación y atención que ayer se le prestó en el Niemeyer.
DdA, XVII/5066
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