Félix Población
Solo dos semanas antes de su repentino y extraño fallecimiento en su domicilio, en donde estaba arrestado por las autoridades sublevadas desde que intervino en el paraninfo de la Universidad con motivo del Día de la Raza el 12 de octubre y se enfrentó al general felón Millán Astray, Miguel de Unamuno escribió esta carta al director del diario ABC de Sevilla, Juan Carretero Luca de Tena, en contestación a una información publicada en ese periódico el día anterior. En la misiva se puede apreciar la indignación que mueve al escritor vasco, exrector de la universidad salmantina, que se reafirma en las ideas expuestas en la breve alocución improvisada dos meses antes con respecto a quienes "vencerán pero no convencerán". La carta es uno de los documentos que se pueden leer en el libro de Luis García Jambrina y Luis Menchón La doble muerte de Miguel de Unamuno, Capitán Swing. 2021. Pag 24. (Menchón es autor del film Palabras para un fin del mundo, donde igualmente se documentan los últimos meses de la vida de don Miguel en Salamanca). En el libro se desbarata la versión oficial dada por los sublevados acerca de la muerte de don Miguel y se avanza notablemente en la posibilidad de que su fallecimiento haya sido provocado, en evitación de que las ideas de Unamuno con respecto al golpe militar que en un principio apoyó se pudieran volver en contra de los sublevados. Creo, modestamente, que algún día se sabrá la verdad, tal como me comunicó hace muchos años una vecina de Salamanca cuya familia tenía relación con la de don Miguel y pensaba que había sido envenenado. "Da asco ser español desterrado en España", afirma Unamuno en esa carta. "Pero si me han de asesinar, como a los otros, será aquí, en mi casa", concluye el escritor al término de su misiva, fechada el 11 de diciembre:
Aunque conozco de antaño, señor mío, su característica mala fé, esta vez quiero decírselo. En el número de ese ABC sevillano de ayer, día 10, leo un suelto que dice <<Carta de don Miguel de Unamuno a todos los centros docentes extranjeros>>. Pues bien, eso es mentira y usted lo sabe. Primero, hace tiempo que no soy rector de la Universidad de Salamanca, desde que esta gente me sustituyó. Esta carta, acordada en claustro, no es mía, sino de la Universidad. No la redacté yo. Luego la puso en latín macarrónico un cura cerril. Y ahora debo decirle que, por muchas que hayan sido las atrocidades de los mandos rojos, de los hunos, son mayores la de los blancos, los hotros. Asesinatos sin justificación. A dos catedráticos, a uno en Valladolid y a otro en Granada, por si eran...masones. y a García Lorca.
Da asco ser español desterrado en España. Y todo esto lo dirige esa mala bestia ponzoñosa y rencorosa que es el general Mola. Yo dije que lo que había que salvar en España era la civilización occidental cristiana, pero los métodos no son civilizados sino militarizados, no occidentales sino africanos, ni cristianos sino católicos a la española Tradicionalista, es decir anticristianos. No es este el movimiento al que yo, cándido de mí, me adherí creyendo que el pobre general Franco era otra cosa que la que es.
Le escribo esta carta desde mi casa, donde estoy desde hace días encarcelado disfrazadamente. Me retienen en rehén no sé de qué ni para qué. Pero si me han de asesinar, como a los otros, será aquí, en mi casa!.
DdA, XVIII/5065
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