Félix Población
Son noticia estos días las
declaraciones del presidente Mañueco a propósito de su repentino cambio de
actitud con respecto al modelo que representa Díaz Ayuso al frente de la
comunidad de Madrid. De haber aplicado medidas ante la pandemia en su región
que diferían de las tomadas por doña Isabel y sintonizaban con las del gobierno
central, ahora dice sentirse muy halagado cuando le comentan que se ayusiza. Esto
le viene de su sorpresiva y traicionera convocatoria de elecciones autonómicas para dejar
fuera de juego a su socio de gobierno, Ciudadanos, cuyos votos posiblemente
acaben repartidos entre su partido y Vox. Mañueco ha ido más allá en su amor súbito por la
presidenta madrileña. Aspira a una política gubernamental -ha dicho- similar a
la de Ayuso, esto es, a dar protagonismo a la extrema derecha, cuyo crecimiento
en las encuesta augura un incremento notable de votos en un territorio que se
presta a ello más que otros. No va a importar para ello que
un informe elaborado por la Unión Europea haya situado a Madrid a la cabeza de
mortalidad del continente en 2020, con un 44 por ciento más de fallecidos en
comparación con años anteriores. Según el Instituto Nacional de Estadística, la
tasa de mortalidad de Madrid sobrepasó el 40 por ciento, muy por encima de la
media nacional, que no pasó del 15. Esos datos reflejan la mala gestión llevada
a cabo por el gobierno de Díaz Ayuso respecto a la pandemia, que durante la
primera ola arrojó un trágico balance de más de 6.000 ancianos fallecidos en las residencias y
geriátricos. Según el economista Carlos Sánchez Mato, si la tasa de mortalidad
de Madrid se hubiera extendido al resto del país, 101.214 personas más habría
muerto en 2020. Y si la media de mortalidad de España hubiera sido la misma en
Madrid, habrían fallecido en esta comunidad 13.202 personas menos. A la vista
de estos datos, un presidenciable como Mañueco afirmando que Ayuso es "el modelo de éxito del Partido Popular", no
es una buena noticia para quienes el próximo 13 de febrero están llamados a las
urnas y pretenden un cambio de gobierno en Castilla y León. Ya sabemos lo que ocurrió en Madrid, con unos comicios repentinos también en tiempo de pandemia. Un nuevo territorio del país está a punto de derechizarse aún más con la incorporación más que posible de la extrema derecha al futuro gobierno autonómico.
DdA, XVIII/5063
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