lunes, 24 de enero de 2022

AVES A GALICIA Y ASTURIAS: LA VELOCIDAD Y EL TOCINO


Marcelo Noboa Fiallo

Hace unos días, se celebró la llegada del tren de alta velocidad a Galicia desde Madrid (de momento a Ourense) después de 20 años de obras y un coste final de más de 10.000 millones euros. El ahorro en tiempo en relación con los trenes anteriores es de 1 hora 28 minutos gracias a los 30 túneles que el AVE tendrá a su disposición y que ha supuesto el mayor coste del presupuesto. Su vecina Asturias sigue esperando la terminación de las obras, se calcula que para el 2023 tras una inversión de 3.700 millones, que supondrá el ahorro de una hora y 15 minutos en relación con el tiempo actual, después de superar el puerto de pajares, una de las obras de ingeniería más espectaculares y que se ha llevado la mayor parte de los mil millonarios presupuestos.

España es el primer país de Europa que cuenta con más kilómetros de ferrocarriles de alta velocidad y el segundo del mundo (después de China). Las obras continúan en Euskadi, Extremadura, las dos Castillas, Cantabria…Nadie quiere quedarse atrás en esta desaforada batalla por la alta velocidad, mientras los trenes regionales y de cercanías que conexionan ciudades medias, pequeñas y pueblos languidecen por falta de inversiones. A la España vacía ya no llegan ni trenes ni autobuses y los pocos que lo hacen, lo hacen con una frecuencia que disuade de su uso a sus vecinos. La España vacía es la España invisibilizada. Hay dos Españas machadianas: la de la alta velocidad y la que languidece a paso lento. No obstante, el presidente de Galicia ha dicho: “Nos convertimos en una nación más vertebrada y cohesionada”. Que se lo pregunten a los paisanos de la otra Galicia si la vertebración y la cohesión va a llegar a ellos al igual que a los asturianos que no viven ni en Oviedo ni en Gijón (más de medio millón)…y así podíamos seguir con el resto de regiones y autonomías de la piel de toro.

Al poco tiempo de tomar posesión como presidente de los EE.UU, Barak Obama, preocupado por las obsoletas infraestructuras ferroviarias del país más poderoso de la tierra, envío a un asesor suyo a España para que le hiciera un informe sobre el modelo de alta velocidad que se desarrollaba en este país. De vuelta a los EE.UU, el asesor le presentó un informe en el que concluía que los EE.UU no pueden permitirse un gasto de esa magnitud para emular a España.

Mientras los urbanitas de la alta velocidad arañan minutos por llegar a sus puestos de trabajo, disponen del 5G para sus conexiones móviles y de internet, los ciudadanos de la otra España machadiana tienen que hacer virguerías para obtener señal y “se cagan en sus muertos” cuando pierden la señal. Los hijos de la España “aveana” consumen películas en sus móviles, activando la velocidad de las mismas por dos o por tres para poder “consumir” más películas en el menor tiempo posible, mientras sus abuelos se desesperan a la entrada de un banco porque ya nadie les atienden porque todo está informatizado y no tienen ni puñetera idea de que eso de las app…estos no se “cagan en sus muertos”, se “cagan en el director de la sucursal bancaria” que antes los recibía con banda de música para que inviertan en valores que los dejaron en la ruina.

Pues eso, hoy más que nunca confundimos la velocidad con el tocino.

     DdA, XVIII/5073     

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