lunes, 18 de octubre de 2021

¡TODO POR LA CABRA!


Ana Cuevas

En estas carpetovetónicas tierras nos pone mucho el surrealismo. No solo hemos engendrado grandes artistas del género en todas facetas sino que lo practicamos democráticamente de abajo a arriba y viceversa. El esperpento forma parte de nuestra historia y de la realidad actual. Fluye por nuestro ADN como un signo de identidad que une por igual a todos los pueblos y nacionalidades por encima de cualquier peculiaridad que nos distinga.
Que abucheen a un presidente de izquierdas en un desfile de las Fuerzas Armadas es un clásico. Tan previsible que aburre. Pero la perspectiva cambia cuando observamos al público enardecido al troteril paso de la cabra legionaria que fue, sin lugar a dudas, la más vitoreada de todos los asistentes al acto, incluido el soberano.
Si analizamos estos hechos desde una perspectiva aséptica se puede deducir que el pueblo prefiere tener por presidente o soberano al simpático cuadrúpedo. Que nos sentimos más representados por un bicho con cuernos que por los prohombres/ mujeres que rigen nuestro destino.
Y como si se tratara de un guiño de campaña hacia la cabra, que por lo que sea no debe ser monárquica, los chorros de colores que dibujaron los aviones en su exhibición del día de la Hispanidad se parecían más a la bandera republicana o la del Orgullo que a la rojigualda de marras. Un mal día lo tiene cualquiera.
Pero entiendo que nos quedemos con la cabra. Suelen ser mejores personas. Ya sabes que se pueden comer el periódico o mordisquearte la colada. Incluso darte un topetazo si le tocas las termópilas. Pero no engañan a nadie. Ni siquiera lo pretenden.
En cambio los humanos...¡qué pereza! Como dice mi amiga Greta: bla, bla, bla..y donde dije bla, digo blu.
Dos ejemplos al desgaire condenados por la maldita hemeroteca y su falta de vergüenza: El primero, premio nobel de literatura, Vargas Llosa. Largando sobre que la democracia es un estorbo porque el voto de un ignorante vale lo mismo que el suyo y, ¿cómo puede ser semejante desatino?. Afirmando que la libertad es un obstáculo para que gobiernen los que deben, o sea los suyos. Los que defienden los privilegios de los ricos y poderosos para que sus fortunas puedan permanecer reposando en sus cuevas de Alí -Babá mientras los ignorantes, ergo todos los que no somos parte de esa élite, nos partimos la espalda para engordar su buchaca.
Otro ejemplo de impudicia es la del socialista Carmona que, en su faceta tertuliana, denostaba las puertas giratorias y que, ¡oh sorpresa! ha entrado por la puerta grande como vicepresidente de una potente compañía eléctrica. La cabra nunca haría eso. Tienen más ética y menos caradura.
Mientras tanto el rey emérito entra y sale de España como un ilegal cualquiera para ponerse morado de marisco en Ribadesella. ¡Malditos emigrantes! Se nos cuelan como sabandijas y arrasan con todas las vieiras. No tiene trono ni reina, pero sigue siendo el rey.
Mi aplauso para esa cabra que, igual que el surrealismo, se ha convertido en un símbolo de nuestra desesperanza. Algo así como el grito de Munch pero, tratándose de Españistán, sería más el grito del "Ecce Homo" de la buena de Cecilia. Nos pega más con el carácter.
No me extrañaría que el nuevo lema de las Fuerzas Armadas se cambiara de "todo por la patria" a "todo por la cabra". Cosas veredes...y somos así de cachondos. Así que, tiempo al tiempo.


Diario del Aire, XVII/4984

Gran foto de Viti. Estos días andan gaviotas reidoras y garcetas comunes comiendo peces como ese. En la desembocadura del río Piles en Gijón. Parece un mirlotu, pejerrey, pez plata... En el "Diccionario General de la Lengua Asturiana" a ambas especies se las denomina "mirlotu". Y yo no entiendo de peces lo suficiente como para saber la especie que ha pescado la bella pescadora. Ignacio Vega

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