Félix Población
Se
juntaron en la convención del Partido Popular en Madrid, al objeto de
iluminarla con sus luces, dos figuras de tan rancio postín como Aznar el de las Azores y el
delincuente ex presidente de la República Francesa, casi al tiempo que era nuevamente
condenado por la justicia de su país por otro delito de corrupción. Que esto
ocurra en un partido que a su vez ofrece un historial como el del PP, cuajado
de corrupciones, debería ser motivo de escándalo, pero el personal ya parece
pasar de estas anomalías, salvo en aquellas comunidades como la vasca y la
catalana en las que su electorado se ha tomado en serio lo que representa una
formación política como la que recurre a un político extranjero condenado por
varios delitos para dar brillo a su convocatoria. Mientras Aznar se negaba a
pedir perdón por las masacres sufridas por los
pueblos originarios en América Latina, según hizo el papa Francisco recientemente,
Casado y Sarkozy se lo montaban a lametazos mutuos en la convención conservadora,
el uno poniendo como modelo de gestión al otro y el otro al uno, con la no menos modélica Esperanza
Aguirre pasando por allí y sin que nadie, al parecer, reparase en la estrategia que el locutor Losantos ha montado con Miguel Ángel Rodríguez, asesor de Ayuso, para atacar
ferozmente a la extrema derecha, después de haberla llevado en palmitos. El extraño y repentino desencadenante fue una entrevista con Abascal en la que este se negó a aclarar
si se había vacunado o no contra el COVID. A partir de ahí, los medios de
Losantos no dejan de disparar contra Vox con una beligerancia inusitada a fin de menguar en lo posible
su peso electoral y favorecer el proceso de configuración de una única lideresa
de las derechas más o menos extremas, en detrimento del liderazgo decreciente de Pablo Casado. De nada le van a valer a este como figuras de cartel de su convención un ex presidente condenado por la justicia y otro que remará siempre a favor de que la presidenta de la comunidad de Madrid sea
candidata a la presidencia del Gobierno.
DdA, XVII/4967
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