jueves, 7 de octubre de 2021

LA LEY DE VIVIENDA: MÁS QUE UN LOGRO ES UN GESTO


Gerardo Tecé

El éxito o fracaso del gobernante de izquierdas se mide años después de haber abandonado el cargo. Es entonces cuando uno, ya ciudadano de a pie, puede apoyar el codo en la barra de un bar cualquiera y presumir de haber instalado en la sociedad un cambio a mejor y estable. Puede hacerlo Zapatero con la Ley de Dependencia o el matrimonio homosexual. Podrá hacerlo Pablo Iglesias con el Salario Mínimo. No parece que nadie vaya a poder presumir en el futuro de la nueva y bienintencionada Ley de la Vivienda que Unidas Podemos ha conseguido arrancarle al PSOE tras un año de pulso.

El entusiasmo de los portavoces de Unidas Podemos por el acuerdo contrasta hoy con el escepticismo de la calle. La regulación de los alquileres, uno de los estandartes políticos del socio minoritario de Gobierno, mejorará la vida de un tipo de inquilino muy concreto: aquel que viva en zonas especialmente tensionadas por los precios y cuyos caseros sean grandes tenedores, es decir, dueños de 10 o más viviendas. Más que un logro, lo acordado hoy es un gesto. Lo cual no es poco viniendo de donde venimos. Con un PP que hace bandera sin disimulo de la especulación con un bien básico como es el techo y un PSOE convencido de que el progreso consiste en no molestar demasiado al poder, que el debate hoy sea sobre la necesidad de regular los alquileres es un pequeño éxito de la formación morada. Subrayen lo de pequeño porque cuando uno se apunta a la aventura del poder político es para algo más.

El PSOE sigue siendo el rey del marketing a la izquierda del tablero. Una vez más lo ha demostrado ganándole la partida a su socio sin que este se acabe de enterar. En el reparto del acuerdo de hoy, a Unidas Podemos le ha tocado presumir orgulloso de algo que huele más a PSOE que a otra cosa, un logro tan abstracto como una posible regulación si se dan ciertas circunstancias puntuales. Mientras, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, salía a anunciar lo tangible e inmediato: ayudas directas de 250 euros para jóvenes durante los próximos dos años. Unidas Podemos sufre el mal endémico del socio minoritario a la izquierda del socio dominante. Este mal le obliga a tener que compatibilizar la épica fundacional del asalto a los cielos y patada en los huevos del poderoso con la responsabilidad de acordar mínimos sin tensionar demasiado la coalición. El resultado, celebrar retoques con poco impacto social como grandes victorias. Celebrar lo posible.

El día que Unidas Podemos no esté en el Gobierno de España aparecerá en la sociedad el ‘efecto Anguita’: echar de menos aquello a lo que tanto se atacó. Con sus grandes errores y limitaciones, es justo reconocer que la formación que hoy lidera Yolanda Díaz es la única en 40 años de la que una generación podrá decir que trabajó desde el Gobierno central en la dirección inequívoca de alcanzar logros sociales contra viento, marea y socio de Gobierno. También contra el poder empresarial, contra los medios de comunicación (perdón por la redundancia) y contra una tradición de la política española históricamente cortijera. La nueva ley de la Vivienda no va a ser un gran avance social, pero es un avance social que en el Gobierno participen quienes luchan por mejorar algunas cosas.

CTXT   DdA, XVII/4975

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