viernes, 17 de septiembre de 2021

¿QUÉ HACER CON CON LA UNIVERSIDAD LABORAL DE GIJÓN?


Goti del Sol

Ayer publicaba unas fotos de la Universidad Laboral de Gijón, el mayor edificio de arquitectura civil de estas Españas. Resulta conveniente poner en contexto esa magna obra.
En los años cincuenta del pasado siglo comenzó un recuperación del tejido industrial, arruinado tras la guerra civil y un período de autarquía económica. Por entonces, el franco-falangismo ya no ocupaba una posición dominante dentro de las diversas "familias" del Régimen. No obstante, con Girón de Velasco en el Ministerio de Trabajo, el grado de influencia todavía era considerable, aunque lo iría perdiendo progresivamente en beneficio de los acólitos del Opus Dei, particularmente tras el Plan de Estabilización de 1959. Para hacer frente a ese repunte en la industrialización del país, era muy necesario contar con trabajadores formados en las diversas ramas de la industria y, en esa situación surgió la idea, hay que reconocer que muy buena, de las Universidades Laborales. Nada mejor para arrancar el proyecto que comenzar en una tierra en donde la oposición al franquismo se hacía más evidente, con los trabajadores de la minería a la cabeza. Se eligió un modelo que fuese símbolo de aquel eslogan falangista de "Por el Imperio hacia Dios" y nada mejor para ellos que utilizar un estilo que representó a esa España Imperial en su pleno apogeo, en el siglo XVI y con Felipe II a la cabeza.
El arquitecto Luís Moya y sus colaboradores interpretaron de forma magistral aquel estilo herreriano, o manierismo clasicista, incorporando elementos arquitectónicos de la mayor modernidad en determinados espacios, configurando con ello un edificio que asombra. Transitar por el atrio y acceder al patio, cuyas medidas equivalen a la plaza de San Marcos en Venecia, trasladan al visitante a una esfera distinta, a otra dimensión.
Sin duda se trató de una obra megalómana que superaba con mucho las posibilidades de aquella España débil y dolorida, con el reciente trauma de la guerra civil aún presente.
Y llegamos al aquí y ahora. ¿Qué hacer con tamaña construcción? En mi opinión, conservarla y tratar de llenarla de contenidos, culturales, educativos y lúdicos, que para todo hay espacio. Parece ser que el próximo año saldrá a licitación la restauración de la cúpula de la iglesia, uno de los lugares más relevantes de la Laboral. Sería importante recuperar la piscina para su uso y, por qué no, concluir el proyecto hotelero que la crisis-estafa del 2008 se llevó por delante. Mucho hay adelantado en ese proyecto y las cifras de visitantes en Asturias parece que pueden hacerlo rentable.
Los gijoneses, los asturianos, debemos tomar conciencia de la importancia de ese patrimonio de todos y no permitir que caiga en el abandono. Para ello, me parece fundamental que no siga siendo un elemento de debate político, asumiendo su pasado pero encarando su futuro que se me antoja indisoluble al de Asturias.

DdA, XVII/4953

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