Félix Población
La cadena SER sabe muy bien que la presencia de Pablo Iglesias en su programa Hora 25, todos los lunes a la hora en que la mayoría de los españoles hacen la digestión de la cena, se iba a dejar notar en los índices de audiencia de esa emisora, aunque muchos de los que le escucharíamos con gusto en directo casi preferimos prestar atención a sus intervenciones ante el micrófono en diferido. Esa emisora abusa de la publicidad.
También los directivos de esa cadena saben que van a tener que ser muy tolerantes en el ejercicio de la libertad de expresión cada vez que Iglesias exponga el pensamiento que lo caracterizó durante su actividad política y que tanto molestaba a PRISA, aunque a su lado tenga a dos adversarios dialécticos que en mayor o menor medida van a tratar de rebatir lo que el ex líder de Podemos diga.
No creo que Pablo Iglesias rebaje el tenor de sus criterios por haberse estrenado en una nueva actividad, por lo que es muy posible que, llegado el caso, haya cuestiones relacionadas con la propiedad de los medios de comunicación en España y su vinculaciones con el poder financiero que puedan molestar especialmente a quienes están al frente de los mismos. Tengo por seguro que ese asunto se va a plantear más de una vez entre los intervinientes y que Iglesias se reafirmará en lo que piensa acerca de los males del periodismo en España, en general, y su creciente falta de credibilidad bajo la acechanza de los bulos.
Si se recuerda que en el pasado reciente PRISA puso en la calle a varios tertulianos por sus opiniones -entre ellos a Ignacio Escolar, hoy recuperado-, acaso alguien aventure que se podría repetir la historia. No lo creo, pues ni a la SER ni a Iglesias le interesa esa ruptura, al menos a corto pazo. Iglesias ha pasado de ser en esa empresa un político casi apestado a uno de sus colaboradores con más audiencia.
DdA, XVII/4950
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