Aniversario de la salida de “Niños/as de la Guerra” del puerto de El Musel, Gijón / 23 de septiembre
Ilustración de Alfonso Zapico / Fuente El blog de Acevedo
Lazarillo
Hoy hace 84 años, 1.100 niños y niñas, acompañados por una docenas de educadores entre los que encontraba el maestro republicano Pablo Miaja Fernández (cuyos relatos cobran vida en los espectáculos del magnífico narrador oral David Acera), partieron de Gijón en el carguero “Deriguerina” con destino a la Unión Soviética. El inicio de aquella singladura se hizo con las luces apagadas del barco, en evitación de los ataques de las tropas sublevadas que un mes después ocuparon esa misma ciudad, imponiendo su dominio y la correspondiente y dura represión a todo el norte de España. Gijón recordará este mediodía un año más a esos niños y niñas en El Arbeyal, ante la escultura de Vicente Moreira que los homenajea, a modo de homenaje permanente a su memoria y a la de quienes le sirvieron de guías en aquel destino. Lamentablemente, ningún cineasta español se ha atrevido hasta la fecha a contar esta verídica historia, cuando casi todos sus protagonistas -con el importante legado de su memoria oral- nos han dejado. ¿Por qué hemos sido tan reacios, indiferentes o insensibles con tan dramático episodio, contando en el mismo con personalidades como la de Pablo Miaja que bien podría ser rescatada por su propia entidad en ese film que de seguro ya constaría en las filmotecas de otros países de nuestro entorno? No me puedo imaginar al cine inglés, francés o italiano haciendo caso omiso a la historia que vivieron aquellos niños y niñas antes de partir, en el momento de hacerlo, durante la travesía marítima y después en su país de acogida, que iba a ser invadido por el nazismo y viviría auténticas masacres por parte de los invasores.
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