jueves, 9 de septiembre de 2021

LA RONDA NORTE DE OVIEDO, UNA AUTOVÍA CONTRA UN PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD

 

Antonio Díaz González

Forma parte del movimiento ciudadano "Imagina un Bulevar" y de la red Oviedo Sostenible.

A pesar de todas las infografías presentadas por el Miniterio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana en su reciente encuesta sobre la Ronda Norte, resulta casi imposible darse cuenta del paso de esta ronda por San Lázaro de Paniceres y por el norte del pequeño monte que, como un peón adelantado del Naranco, protege la urbanización de Las Campas. No acierto a saber si se llama El CantuEl Pando, o el Monte’l Tío, tres denominaciones que aparecen en el SITPA (Sistema de Información Territorial del Principado de Asturias), pero esta loma que separa la ciudad del valle situado entre VillamarTresllames y Les Mazes resulta un entorno natural tranquilo y apacible a un paso de la ciudad.

La Pista Finlandesa y la carretera de subida al Naranco son zonas bien conocidas y disfrutadas por las gentes de Oviedo y sus visitantes, pero no son menos utilizados los caminos que salen de Paniceres hacia VillamorsénVillamar Ules, así como otros que llegan hasta LlampayaLoriana y Lubrió, todos muy frecuentados por paseantes, caminantes, y otros deportistas, contando con la ventaja de que, pasada la citada loma de los tres nombres nos separamos de la ciudad, a la que ya ni se ve, ni se oye, y casi no se ve su cielo tiznado por la contaminación. Y es precisamente por este rincón por el que pasaría la Ronda Norte, continuando por el valle que se encuentra entre VillamarTresllames y Les Maces, otra de las zonas de esparcimiento que bien merece un área de recreo como tantas otras existentes en el Principado, tan escasas en la capital que las más utilizadas están fuera del municipio, como El Llosalín en Bueño y La Cebera en Lugones.

Además, es precisamente en Paniceres donde el Camino Primitivo se interna en la zona rural, dejando atrás las calles de Oviedo para transitar por una zona de gran valor paisajístico, a la que los hábiles redactores de la encuesta del Ministerio no hacen ninguna referencia. Los fotomontajes presentados para su valoración nos presentan las vistas desde Monte Alto hacia el oeste y desde Ules hacia Oviedo, en lugar de mirar hacia los terrenos que se pretende ocupar y mostrar el trazado de la autopista por encima del Camino de Santiago.

Que Oviedo es una ciudad de contradicciones bien lo sabemos, pero trazar esta nueva autopista, autovía, o como la quieran llamar, sobre el Camino de Santiago, y pedir al mismo tiempo el reconocimiento a la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad supone, como mínimo, someter a la comisión nombrada al efecto a un esfuerzo ímprobo, y hacernos pasar un ridículo espantoso a los demás.

Para quienes disfrutan de uno de los entornos naturales que nos quedan en Oviedo, y muy especialmente para quienes viven en Las CampasLa Florida y alrededores, que ven compensada la incomunicación con el centro de la ciudad con este entorno rural donde toda la flora y fauna asturiana se manifiesta con toda su belleza, el destrozo que esta vía de comunicación va a causar será un golpe definitivo. Y todo con la justificación de comunicarlos con sus vecinos de Ciudad Naranco, pero sin que cambien en nada los accesos al centro de la ciudad, que seguirán transitando por el calvario de La ArgañosaMarcelino SuárezSamuel Sánchez, Independencia, y los atascos de la rotonda de la Plaza de la “Liberación”, que no puede tener nombre más inadecuado.

No siendo esto suficiente, la ronda continúa por el valle de Villamar-Tresllames – Les Maces, ocupando también este entorno de una gran belleza paisajística y valor medioambiental, invadiendo y destrozando la zona rural que muchos de los residentes de esta área disfrutan.

Es necesario mencionar que toda esta área residencial sufre un problema de comunicación severo, tanto para acceder al centro de la ciudad como para comunicarse con la red de carreteras asturianas, y no me cabe duda de la utilidad que tendría el tramo de esta ronda que unirá Les Mazes con Piedramuelle, que les permitiría acceder a la autopista del suroccidente y a la autopista A-66, tanto hacia Madrid como hacia el norte. Además, la tramitación de este tramo podría llevarse a cabo en un plazo muy razonable, con una distancia que apenas llega a dos kilómetros y sin afecciones ambientales y paisajísticas severas, de modo que se está perdiendo un tiempo precioso al incluir en este proyecto la tramitación del tramo que discurre por toda la falta del Naranco. Cada uno sacará sus conclusiones, pero uno tiende a pensar que no hay mejor plan para evitar una inversión tan necesaria, como ampliar el marco de discusión y complicar el debate introduciendo dificultades.

Con independencia de la apreciación que cada uno tengamos del valor paisajístico, medioambiental y humanístico del entorno del monte Naranco, el inicio de la tramitación de la vía de comunicación de Les Mazes a Piedramuelle no debería demorarse, y quienes se sienten perjudicados por el aislamiento de toda esta área deberían centrar sus fuerzas en exigir esta infraestructura. No contentará a todos, y no será la solución a todos sus problemas, pero mejorará su comunicación en un plazo que podría ser muy corto. Muy, muy corto, especialmente si lo comparamos con el tiempo necesario para ejecutar los túneles del Naranco y demás infraestructuras, todas ellas con grandes dificultades geotécnicas, medioambientales, paisajísticas y culturales.

Así, mientras discutimos sobre las opciones y alternativas de la vía que transcurriría por la falda del Naranco, destrozando todo el entorno natural más cercano y accesible, la salida hacia el oeste sigue en el cajón de los proyectos atascados. Mejor sería que nos preguntaran por las alternativas del trazado entre Les Maces y Piedramuelle, y la forma de llevarla a cabo de forma urgente y por el trazado que diera el mejor servicio a tantos vecinos de esta pequeña ciudad, la Gran Argañosa, que desde su construcción, permanece aislada de Oviedo y de Asturias.

Nortes  DdA, XVII/4845

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