Félix Maraña
El músico, poeta, y sin embargo amigo, Ismael Peña Poza, ha sentido, vivido, cantado y contado la cultura popular como pocos entre nosotros. En 2019 nos enseñó en Burgos su originalísima exposición de esculturas sobre, en, ante, para, por, dentro del botijo, instrumento esencial en la historia del mundo, y al que Ismael lo definió como la piel del agua. Desde Dalí a Mila Dolz, Ismael tiene una colección de botijos, cultura y escultura, única en el mundo. Mila Dolz, mujer que está en la cultura popular, junto con Pantxo Sánchez, fue en días pasados a casa de Ismael para entregarle el último y nuevo botijo de la colección, pintado por ella. Ya le dije a Ismael: Lo más parecido a un corazón es un botijo.
Una de diez por diez
Ha llegado a destino el botijo,
como llega la lluvia y el viento,
Mila pone su nombre y acento
y lo mima como madre al hijo.
Embutido de gran regocijo,
Ismael lo recibe en su casa.
Hacen foto al llegar y se pasa
a cantar y tocar la zambomba,
celebrar con platillo y con bomba
que el botijo con barro se amasa.
Otra de ocho por diez
Botijo de trino y barro,
que se erige en piel del agua,
barro que pasó la fragua
para convertirse en tarro.
Y a esa memoria me agarro
para escuchar la canción
que bulle en el corazón
de la sincera amistad.
Y habrá otra oportunidad
para tocar el trombón.
DdA, XVII/4946
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