Lo único que tantos años después se puede asegurar sobre el asesinato de
Kennedy, el atentado mortal contra Carrero Blanco y los ataques del 11 de
setiembre de 2001 en Estados Unidos es que no fue como nos lo han contado en
las respectivas versiones oficiales. Y que se
han obstaculizado constantemente las investigaciones que han ido desmontado los
relatos gubernamentales.
La mafia ha contado cómo eliminaron a Kennedy en complicidad con la CIA y el terrorismo
anticastrista. Agentes secretos del propio Carrero
han confirmado que en el cráter que provocó su voladura había restos de un
explosivo que entonces solo utilizaba el ejército de Estados Unidos. Y en las
averiguaciones sobre el 11S parece confirmado que las torres gemelas se
desplomaron por demoliciones con cargas explosivas (1) y que el ataque contra
el Pentágono no fue con un avión sino con un misil (2).
La desinformación de las grandes corporaciones mediáticas se ha desplegado
ahora contra el documental de Spike Lee por incluir la denuncia de los
ingenieros y arquitectos que han confirmado la demolición criminal de las
torres y la posibilidad de que fuera derribado por una intervención militar el
avión de United Airlines que supuestamente se estrelló en Pensilvania.
Hay por lo menos cinco denuncias que no tienen una respuesta convincente en la
versión oficial:
·
Resulta inexplicable que los cazas
estadounidenses no interceptaran a los aviones que se dirigían contra las
torres gemelas.
·
En las ruinas de los edificios
desmoronados se encontraron evidencias sobre la utilización del explosivo
aplicado en las demoliciones controladas.
·
No había restos del avión que
supuestamente se estrelló contra el Pentágono.
·
La dispersión en un área de diez
kilómetros de los restos pulverizados del avión de United Airlines parece
confirmar que fue derribado por un misil.
·
No hubo ningún ataque contra el tercer
edificio que se vino abajo en solo tres segundos, también con la apariencia de
una demolición provocada.
El equipo de Bush advirtió en la campaña
presidencial del año 2000 que para mantener el dominio mundial de Estados
Unidos sería necesaria “una catástrofe que sirviera de catalizador como un
nuevo Pearl Harbor” (3).
(1)11S / Las teorías de la conspiración y
los secretos nunca revelados del 11S. Mathias Bröckers.
La face cachée du 11S. Éric Laurent.
(2)La gran impostura / Ningún avión se estrelló en el Pentágono. Thierry
Meyssan.
(3)Le nouveau Pearl Harbor. David Ray Griffin.
La torre elevada. Lawrence Wright. Premio Pulitzer.
La última hora DdA, XVII/4947
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