martes, 3 de agosto de 2021

CECILIA: MURIÓ JOVEN PARA VIVIR JOVEN EN NUESTRA MEMORIA


David M. Rivas

El 2 de agosto de 1976, hace por tanto 45 años, moría en accidente de tráfico Evangelina Sobrado, la creadora de la cantautora Cecilia. Yo tenía entonces 18 años y ella, de 27, era una de mis cantantes favoritas. Hija de un coronel tenido, ya en los cuarenta, por liberal, y también diplomático, había criado a sus hijos en una vida itinerante, de consulado en consulado, pasando por Inglaterra, Estados Unidos, Jordania, Costa Rica y China. Eso dotó a su hija de una formación musical y literaria muy difícil de obtener en la España del franquismo. Cecilia seguía las voces de Joan Baez y de Simon y Garfunkel, la música de los Beatles y la poesía del cercano oriente, que había estudiado en Amman. Sus fuentes literarias españolas eran muchas, pero especialmente Valle-Inclán y Machado. Aún hoy me parece la cantante más incisiva del tardofranquismo, con una dura suavidad, con sus críticas a la hipocresía de la burguesía ("dama, dama/de alta cuna,/de baja cama,/señora de su señor, mujer por un vividor"), de una iglesia arcaica y excéntrica para ella, que era creyente ("don Roque,/piedra de toque/de aquella iglesia española,/vieja gloria del cejo añejo,/que ha escrito páginas de historia"), y de los vetustos señoríos rurales ("doña Estefaldina odia a los masones,/reza porque mengüen las contribuciones,/reprende a las mozas que tienen galán/y oprime en las rentas a sus aparceros,/sus vastos salones convierte en graneros,/da buenas palabras al que llora pan"). Su voz era dulce y a mí, entonces, me parecía una voz, no sólo "del pueblo", sino "de pueblo", incluso con un para mí chirriante laismo muy de la Castilla al sur del Duero. Su muerte tuvo algo de simbólico acerca de la evolución social española: su 127, el primer coche que no recordaba a la autarquía chocó con un carro tirado por bueyes. Quienes mueren muy jóvenes permanecen en la memoria siempre igual y es difícil imaginar cómo sería hoy aquella chica de melena lacia, con 72 años. Tampoco podemos adivinar cuál sería su evolución y los que seguimos escuchándola queremos creer que no habría acabado en la banalidad y en la caricatura de sí misma, como sucedió con la mayoría de cantautores de su momento. Estoy seguro de que nadie o casi nadie desconoce y de que muchos saben su canción más emblemática: "porque él es quien le escribe versos/él su amante, su amor secreto".

DdA, XVII/4909

No hay comentarios:

Publicar un comentario