Félix Población
Si ya es repugnante empecinarse
como primer partido de la oposición en la política del enfrentamiento por el
enfrentamiento, tal como vuelve a protagonizar el Partido Popular en esta legislatura
desde el minuto cero (la anterior fue en 2004), hay detalles que no solo van en esa línea sino que
responden a un entendimiento rastrero de la política, tal como demuestra la
trayectoria corrupta de ese partido.
Hoy sabemos por elDiario.es que
la actual presidenta de la Comunidad de Madrid, después de su aplastante
victoria en las elecciones autonómicas de esta primavera, hizo méritos para
ascender en esa línea de política rastrera cuando en 2014 obedeció a su
entonces antecesor Ignacio González para que robara en Internet el dominio “Podemos
Madrid” que le correspondía al partido morado. Su único afán fue, como tantos
otros entonces ante la exitosa irrupción de Podemos, entorpecer la expansión de
esta formación política.
Como hoy se nos recuerda en el
mismo periódico, esta misma operación propia de políticos miserables no fue ni
siquiera original, porque unos días antes un asesor del Partido Popular en
Valencia registró la marca “Guanyem Barcelona”, al objeto de chantajear a la
formación de Ada Colau, que por esa razón hubo de llamarse "Barcelona en Comú".
La hoy presidenta de la Comunidad de Madrid, gracias al voto mayoritario de un electorado que no repara en estas minucias, también quiso hacer lo propio con “Ganemos
Madrid”.
Se podrán conceptuar como minucias estas aficiones, pero no si proceden del mismo partido que cuenta con un nutrido historial de corrupciones y reitera, como está ocurriendo hasta ahora, una política de oposición
exclusivamente basada en el enfrentamiento por el enfrentamiento, pues su objetivo no es hacer una oposición crítica argumentada sino competir con la extrema derecha en cuño reaccionario, tal como ha hecho para ser presidenta y gobernar con la extrema derecha Díaz Ayuso.
DdA, XVII/4887
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