miércoles, 7 de julio de 2021

EL GAFE DEL ESCRITOR MARIO VARGAS LLOSA

 

Vicente Bernaldo de Quirós

   Antes, incluso, de que se abrieran las urnas en Perú para el recuento electoral de la segunda vuelta de las presidenciales, ya intuía yo que el ganador iba a ser el maestro sindicalista Pedro Castillo, que partía como favorito en las encuestas y que, como se comprobó después, tiene el respaldo de la mayoría de los peruanos.
   Y mi intuición, que luego se convirtió en convicción no tenía nada que ver con los sondeos preliminares, ni con el deseo de cambio de la sociedad de ese país y sobre todo de la reclamación de igualdad de los pueblos indígenas. Tuvo que ver con la apuesta de un escritor como Mario Vargas Llosa por su compatriota Keiko Fujimor. Y es que, claro, un tipo gafe como el autor de 'Conversaciones n La Catedral', que siempre que apuesta por un resultado electoral, patina, no podía hacer otra cosa que equivocar su pronóstico.
   Mario Vargas Llosa es un extraordinario novelista, un pésimo ensayista y un cantamañanas como tertuliano opinador, porque no analiza los acontecimientos desde el rigor y la seriedad, sino desde su barriga y sus deseos, que curiosamente, casi siempre le son adversos. Y por eso se ha convertido en un hombre cenizo, que da mala suerte. Fijaros si es así que la única vez que un Fujimori ganó las elecciones en Perú fue porque tenía como contrincante a Vargas Llosa y, claro, lo tuvo fácil. Su hija, Keiko, ya se presentó a ocupar el palacio presidencial de Lima en dos ocasiones. Y n las dos perdió. En esta última tenía el apoyo del escritor, que hizo las paces con la familia peruano-japonesa y eso fue la perdición de ésta. Tenía que haber respaldado a Pedro Castillo, pra que triunfara Keiko. Pero le pudo más el ego.
   La victoria de Pedro Castillo, que un mes después de haber vencido, aún no ha sido reconocido oficialmente como tal, es un avance importante para los peruanos, que dejan en desbandada las políticas neoliberales de su antecesor Pedro Pablo Kuczynski, que tuvo que dimitir por corrupción y superar las regencias de Martín Vizcarra y Francisco Sagasti. Los peruanos habían tenido la desgracia de ser gobernados por personajes, algunos de ellos de ascendencia indígena, como Ollanta Humala o el Cholo Alejandro Toledo, que acabaron o en la cárcel o con su credibilidad por los suelos.
   En esta ocasión, Pedro Castillo, se presentó con un programa netamente de izquierdas, aunque con aspectos demasiado conservadores en cuestiones relacionadas con la moral y la sexualidad. Pero su triunfo claro no ha sido reconocido por la derrcha que, como siempre que pierde, busca excusas ara no entregar el gobierno y seguir en el poder. Venezuela, con Guaidó y López, Estados Unidos con Trump y Bolivia, con el autogolpe de Janine Añez y el Macho Camacho, son ejemplos nítidos de las trampas de la derecha americana.
   Todo parece indicar que, a pesar de los recursos y las dilaciones de Keiko Fujimori, Pedro Castillo tomará posesión el 28 de julio, ya que todas las apelaciones al resultado han sido rechazadas por la justicia electoral y después de conocerse que el valido del padre de Keiko, Alberto Fujimori, había conspirado para sobornar al tribunal. Incluso la propia candidata está siendo sometida a una posible imputación que la lleve a la cárcel. O al menos eso pretende la Fiscalía.
   Solo hay dos motivos por los que Pedro Castillo podría no ser designado oficialmente: un golpe de Estado como quisieron impulsar oficiales retirados, que no tuvo eco en el Ejército, o un cambio de actitud de Mario Vargas Llosa y que exigiera la asunción de poderes urgentemente  por el maestro sindicalista. Pero no le demos ideas...

     DdA, XVII/4887     

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