viernes, 2 de julio de 2021

"PAPÁ, SÁCAME DE AQUÍ"

 


Vicente Bernaldo de Quirós

   En la carrera de irresponsables que pugnan por obtener el primer premio tras el macrobrote de Mallorca, nadie sabe quién es el que más méritos ha cosechado para optar al galardón: agencia de viajes, organizadores, niñatos/as con exceso de testosterona y prepotencia o papás consentidores que han demostrado a España entera que no hay que esforzarse mucho para demostrar su cretinismo. Lo cierto es que en este episodio quienes la han cagado han sido los responsables de la sociedad civil, mientras que los institucionales (Gobierno balear y jueces), que tantas críticas suelen recibir, se han caracterizado por su sentido común.
     Los viajes de estudio ya en momentos de sosiego sanitario suelen ser complicados de gestionar, porque los chavales no van precisamente a buscar museos y a cultivar su espíritu, sino a beber como mulas, en general, y a ver si consiguen sacudirse las ganas de aparearse, que es muy propio de la edad y máxime cuando las hormonas están en plena ebullición. 
   Quizá por eso, los profesores que son llamados a controlar a los chavales huyen de su responsabilidad para evitar problemas y dejan a otros que sean quienes coordinen la organización y la inspección de la situación. Es muy comprensible, porque la carga es muy complicada y cuesta mucho trabajo aparear a quinceañeros/as. Imaginaros si esto es así en los tiempos antipandémicos, como será ahora en lo pandémico.
   Con respecto al macrobrote de Mallorca, que aún se investiga el origen, pero me temo que tendrá que ver con el ocio nocturno (ay OTEA, como te columpias) y no con las visitas de los chavales a templos para la práctica de la adoración nocturna, es bueno saber qué sucede con las prácticas preventivas y quien se había encargado de su vigilancia.
   Empecemos por la agencia de viajes, que según se dice en los centros de estudio, mantuvo una posición rígida sobre fechas y modos de viajar, hay que calibrar si su obstinación por conseguir el contrato de los viajes priorizándolo por encima de los aspectos sanitarios, ha tenido algo que ver en la laxitud de las medidas de prevención o simplemente fue una cuestión de salvar sus muebles.
   Los organizadores que en todo viaje de estudios deben de tener una inspección sobre los chavales más intensa, deberían de explicar cual ha sido la causa de que los estudiantes se hayan saltado las normas a la torera y hayan sido elementos indispensables para los contagios y los confinamientos.
   Los de los niñatos/as es grave, porque a pesar de que son adolescentes todavía tienen más de dos dedos de frente (o eso se les supone) más que para tratar de satisfacer sus instintos báquicos y de cintura para abajo, porque son conscientes (o deberían de serlo) que el bicho todavía está entre nosotros y es peligroso porque ataca a quienes ahora son los más vulnerables (es decir, los menores de 30 años).
   Su reacción al confinamiento ha sido infantil y maleducada, con actuaciones propias de gamberretes de ocasión y las protestas por las comidas (uno llegó a decir que se comía mejor en prisión) propias de quienes han sido objeto de toda suerte de caprichos paternos (y maternos), incompatibles con su deseada mayoría de edad. Aunque siempre hay adolescentes más tontos que otros y que algunos de los estudiantes tuvieron comportamientos dignos, los más sobresalientes, como suele suceder, fueron los más cantamañanas.
   Y ¿que vamos a decir de estos padres tan gilipollas que al grito de sus hijos de "Papá, sácame de aquí", pusieron en marcha toda una suerte de operaciones legales, discursivas y mendaces que solo pueden hacer los papás de ninos ricos con ínfulas de a mí no me tose nadie. Siempre dijo que una hostia a tiempo (a destiempo es maltrato) es fundamental para la educación de las nuevas generaciones, en contra de la tendencia permisiva de los últimos tiempos.
   El Gobierno balear actuó correctamente con el confinamiento y la decisión de la jueza de matizar el encierro a los negativos forma parte de las únicas medidas con criterio en esta historia de niñatos/as y de faltosos con bachiller. Es absolutamente sorprendente que a los chavaletes no les hayan corrido a gorrazos, familiares de víctimas de la Covid 19 o sanitarias estresadas por el trabajo. Suerte tienen que no les ha pasado nada, salvo a ese chaval de Elche que está en la UCI de un hospital valenciano a causa de la enfermedad. Que les sirva de ejemplo. Y de remordimiento.  

   DdA, XVII/4892   

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