domingo, 11 de julio de 2021

LA SONRISA MÁS RELUCIENTE DE LA MANISERA DE LA HABANA VIEJA

 

Fernando de Silva

Se llama Giselle y, con una voz privilegiada, se la puede ver a media mañana por la calle Obispo cantando el “El Manisero”, de Antonio Machín, mientras vende manís en unos cucuruchos de papel blanco. Pero, sin saberlo, tuve la suerte de conocerla en otro muy distinto, y conversar con ella de una manera relajada.
A las 8 de la mañana del 9 de febrero de 2016 paseaba junto a un colegio del centro de La Habana, y me fijé en una mujer sentada en la acera, vendiendo chuches a los niños antes de entrar en clase. Me llamó la atención su sonrisa, y me acerqué a ella para saludarla; a los pocos minutos me pidió que no me marchase porque con mi presencia le estaba dando suerte en la venta. Pronto se entabló una agradable conversación, y me contó que a media mañana se cambiaba de ropa y se trasladaba a la calle Obispo para vender manís. Sin saberlo estaba hablando con la famosa manisera.
Por supuesto, tras la charla hubo sesión fotográfica, y he escogido para hoy la sonrisa más reluciente.
Admiro la capacidad de trabajo de los cubanos y las cubanas para sobrevivir en una sociedad con una enorme escasez de recursos; la practica del pluriempleo es muy habitual, y estamos ante el ejemplo evidente.

DdA, XVII/4890

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