viernes, 16 de julio de 2021

LA FABULACIÓN SOBRE EL ACOSO A HIJOS DE GUARDIAS CIVILES

 


Vicente Bernaldo de Quirós

   Y mira que nos dieron la matraca con el asunto que acaparó portadas, contraportadas, páginas interiores, e incluso campañas publicitarias. Fuera tal la reiteración de informaciones que nadie puso escaparse a la implacable explicación de la noticia escabrosa de mucho tiempo. Confieso que yo llegué a creerme aquellas historias truculentas donde los niños pequeños eran objeto de verdaderas muestras de acoso.
   Me refiero, claro está, a las informaciones aparecidas pocos días después del referéndum independentista de Cataluña en las que se denunciaba la presión inaceptable de profesores soberanistas sobre los hijos de los guardias civiles, a los que los docentes, al parecer, insultaban por ser hijos de quienes torturaban. O poco más o menos.
   Las acusaciones eran repetidas hasta la saciedad por los medios más centralistas de este país, los contertulios más detractores de la actuación de los partidos catalanes y hasta un representante de la variante benemérita de un sindicato patriótico echó leña al fuego y reclamó los castigos más duros para los adoctrinadores del independentismo, casi como si estuviéramos en la época colegial en la que los jesuitas sometían a los alumnos en los bancos de la capilla para advertirles de que el fuego eterno se cernía sobre quienes mantenían la costumbre de masturbarse a la llegada de la adolescencia.
   Bueno, pues todo aquello era un bulo. Así lo demostró una sentencia de la Justicia catalana (que no es precisamente complaciente con el soberanismo) que no tuvo más remedio que archivar las querellas de los defensores de la españolidad de Cataluña, porque no encontraron material suficiente para imputar a nadie. Era tan surrealista el reproche a los profesores que les fue imposible encontrar una miserable prueba. Ni los niños que tanto lloraban cuando insultaban a sus beneméritos padres fueron capaces de contar algo mínimamente congruente.
   Me acuerdo en aquellos días que los periódicos de la caverna desgranaban con todo lujo de detalles el bullyng profesoral e independentista sobre los herederos de los agentes de la Guardia Civil, lo que demuestra que la capacidad de fabular de los periodistas de derechas y cerriles españolistas llegan a límites insospechados.
   Lo más sorprendente de esta historia es que el archivo de los sumarios tuvo lugar hace ya mucho tiempo, pero el que suscribe no se enteró hasta bastantes meses después, con lo que el pinchado del globo del escrache profesoral fue ocultado  intencionadamente por los editores de los periódicos más intransigentes para seguoir utilizando políticamente el asunto.
   Es posible que en su día se me haya escapado a mí la noticia, pero me parece un tanto extraño. Leo todos los días 'El Mundo' y 'Abc (que los lea no significa que me los crea por que como me contó un policía de la Brigada Política Social durante el franquismo, mi obligación es leer el 'Mundo Obrero para conocer y rebatir lo que prepara el enemigo), y me parece inverosímil que no me haya enterado del asunto cuando se archivó el sumario,pero todo puede ser.
    Es evidente que la fabulación del franquismo residual sobre el acoso a los hijos de los guardias civiles es un elemento más del odio territorial que ciertos sectores del españolismo sostienen sobre las regiones que no les agradan. No deja de ser sorprendente que los mayores partidarios de la unidad de España desprecian a alguna parte de ella, como una especie de amputación voluntaria para autoafirmarse en su ideario.
   Ahora que el adoctrinamiento contra la Guardia Civil resultó ser una fake news, la derecha se ha inventado otras historias que ponen de relieve que la Constitución y el título VIII les viene muy ancho, porque la derecha cuando odia es que odia de verdad, como la española cuando besa. Ya veréis cómo insisten en que el régimen de las autonomías es un retroceso para España. Y se dicen constitucionalistas.

     DdA, XVII/4896      

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