Félix Población
Son muchos dieciocho años para soportar una injusticia en el mundo al que pertenecía José Couso, el de la democracia y las libertades. Pero han tenido que transcurrir más de tres lustros para que al fin la justicia ratificara la sentencia de la Audiencia Nacional por lo ocurrido el 8 de abril de 2003, en el Hotel Palestine de Bagdad, penalizando la indiferencia prestada al caso por los sucesivos gobiernos de Aznar, Zapatero y Rajoy.
El proyectil de un tanque norteamericano impactó ese día en el piso décimo quinto en el que se alojaba la agencia Reuters y mató a un periodista ucraniano y a José Couso que se encontraba filmando en el piso inferior. Todos recordamos las imágenes en directo de ese episodio extraño que transmitieron los informativos televisados. El camarógrafo español aún llegó con vida al hospital en el que fue atendido, pero falleció durante la operación.
La Justicia condenó ayer al Estado a indemnizar a la familia de Couso con 182.290 euros porque el Estado, durante la gestión de los sucesivos gobiernos que se turnaron desde 2003, no tuvo la decencia de investigar las causas por las que un ciudadano español en el ejercicio de su trabajo fue asesinado en el transcurso de una cruel e innecesaria invasión bélica, justificada a su vez en falacias compartidas por el gobierno del presidente Aznar, que jamás pidió disculpas.
El juez del Tribunal Supremo resalta en su auto, dado a conocer ayer, que "los ciudadanos españoles tienen derecho a la protección diplomática por parte de la Administración nacional, para el resarcimiento de los perjuicios ocasionados por un hecho ilícito, conforme al Derecho Internacional, ocasionado directamente por otro Estado". El texto señala que esta vía se abre "cuando el propio perjudicado no haya podido obtener la reparación por los mecanismo de Derecho interno del Estado productor del daño, siempre que estén establecidos y sea razonable obtener un pronunciamiento expreso en tiempo razonable".
Es de recordar que Estados Unidos ni siquiera investigó a fondo lo ocurrido en torno al hotel, en el que el personal alojado eran periodistas extranjeros desplazados a Irak para cubrir el conflicto, iniciado por el presidente George W. Bush con el respaldo del gobierno español y al margen de la ONU. Si la actitud de nuestro gobierno entonces fue bochornosa, por ocurrir el asesinato bajo la presidencia de Aznar, la desidia de los sucesivos gobiernos de Zapatero y Rajoy desde 2004 fue igualmente lamentable.
En
cuanto al recurso planteado por el actual gobierno de coalición para recurrir
el fallo de la Audiencia Nacional que ahora ha ratificado el Tribunal Supremo, siento decir lo mismo. Sí es de felicitar la lucha que Javier Couso,
hermano de José, ha mantenido durante todo este tiempo para que el Estado
español pagara a los familiares de la victimas por su servilismo histórico ante Estados Unidos. Sin el empeño de Javier y los familiares de su hermano, esta sentencia no hubiera sido posible. Con ella también se defiende a una profesión sin cuya libertad la democracia es un cuento. Toca, por lo tanto, celebrarla.
DdA, XVII/4896
No hay comentarios:
Publicar un comentario