martes, 13 de julio de 2021

JUAN CARLOS MONEDERO: PELEAMOS CONTRA LA PRECARIEDAD Y EL INCREMENTO DE LAS DESIGUALDADES, QUE ES DONDE NACE EL FASCISMO


Víctor Guillot

El periodista interrumpe a Juan Carlos Monedero, que desayuna en el café del Hotel Don Manuel. Jugadas del azar, el periodista acude tan solo con su grabadora y la primera novela de André GideLos monederos falsos. El interlocutor, Juan Carlos Monedero, acepta la entrevista y advierte enseguida el titulo del libro que llevo en mi mano. En un alarde de reflejos y rigor intelectual, recomienda una traducción mejor y más actual del libro de Gide que atiende al título de Los falsificadores. Monedero acaba de publicar en AKAL El paciente cero eras tú. Pasajes políticos en tiempos tristes del coronavirus, y lo presenta en esta edición de la Semana Negra.

-En tu análisis de la última crisis de gobierno, observas que el resultado ofrece al ciudadano una de cal y otra de arena: por una parte los miembros de Podemos se mantienen y por otro, se realza el perfil económico neoliberal europeo otorgando mayor peso en el gobierno a Nadia Calviño.

-Cuando un presidente hace una remodelación lo hace desde su beneficio particular, pero si la hace Pedro Sánchez se multiplica ese beneficio porque ha sido una persona que siempre ha militado en el PSOE. Hay que recordar que la cúpula del PSOE lo defenestró, después él les derrotó y desde entonces puso en marcha un proceso de ejecución paulatina de todos sus adversarios internos. Sin embargo, tengo la sensación de que al ser una persona que sólo ha estado en el PSOE, necesitaba reconciliarse en algún momento con su partido, porque no es sencillo en un país como España enfrentar unas elecciones en solitario. Sánchez es Sánchez porque tiene detrás al PSOE y, por tanto, ha puesto en marcha una remodelación que satisface distintos puntos de vista: mantiene la colaboración con Unidas Podemos porque no puede abrir una crisis al respecto que sólo beneficiaría a la derecha, se quita de en medio a gente que le había sido muy leal, como Ábalos, generando mucha sorpresa, gente que le había acompañado en momentos duros y recompone puentes que había sido rotos.

-La política es una tormenta inclemente.

-Sabemos que la política es inclemente, que no es el reino de la amabilidad, pero a veces sorprenden determinados comportamientos porque la convierte en un espacio para las sospechas. Si tu eres leal, si tu eres fiel, y no se te  reconoce ese servicio, a la política solo se dedicarán los canallas y los que tengan la piel muy dura. Sánchez intenta reconstruir el partido después de haber ejecutado a sus adversarios. Cuando has eliminado a toda la gente que te ha hecho sombra, siempre puedes empezar un momento de mayor amabilidad.

-¿Era aconsejable a través de una crisis de gobierno? Quiero decir que esas alianzas se rompieron en el congreso donde devastó los órganos intermedios en los que confluían las diferentes miradas de la socialdemocracia. Ese fue el verdadero cisma que dividió a los socialistas entre los que entendían que el PSOE debía podemizarse y quienes entendían que esos pesos y contrapesos ofrecían mayores garantías democráticas.

-Los partidos son entes vivos. La socialdemocracia en europa prácticamente ha desaparecido y si Pedro Sánchez se ha mantenido, ha sido porque se ha podemizado. Eso generó una reacción de los sectores más tradicionales del partido. Felipe GonzálezRubalcaba y Susana Díaz lograron cortarle la cabeza, pero no lograron impedir el regreso de Sánchez porque España había cambiado. Es muy raro que España cambie y no cambie el PSOE. Esto es lo que ha pasado en Francia o Grecia y ha llevado consigo la desaparición de la socialdemocracia. En Alemania tiene una enorme debilidad. Pero, hay una contradicción de fondo: el PSOE es la parte débil de un binomio conservador que se abre en la política española desde que recuperamos la democracia tras la muerte de Franco. Por eso Pedro Sánchez mantiene la figura neoliberal de Nadia Calviño en el gobierno, mantiene su relación con los poderes económicos y está en muchas pistas, sosteniendo los platos, en un difícil equilibrio. Cuando tienes suerte, te sale, cuando eres astuto te sale o cuando juntas astucia, suerte e inteligencia, pues a lo mejor te sale. Hay que reconocer que Sánchez tiene que responder a diferentes peticiones: mantener el pacto con Unidas Podemos, mantener abierto el nivel de interlocución con el independentismo catalán, no enfadar a las grandes empresas, gestionar una Europa que ha cambiado por la Covid 19 pero que sigue siendo una estructura con un peso liberal muy fuerte. Cuando tú los articulas, cuando logras un equilibro de todos esos elementos, puedes gobernar.  

El PSOE es capaz de presentar a Nadia Calviño, que es neoliberal y podría estar perfectamente en el PP, y presentar a otros perfiles que por su labor municipal han gestionado más a ras de suelo”


-¿Por qué ha sido tan inclemente con la gente de su partido?

Lo ha sido con Ábalos o Calvo y en cambio ha mantenido a Grande Marlaska o Margarita Robles, porque necesita equilibrios. Y en la política del siglo XXI esos equilibrios son muy personalistas. Si te fijas, estamos especulando sobre cuáles son las razones. Si hubiera órganos colegiados, no habría especulación, habría certezas. En el siglo XXI, se ha personalizado muchísimo la vida política, aunque es cierto que Sánchez no lo es tanto como sí lo es Macrón. Lo que quiero decir es que la marca personal pesa casi más que la del partido. Y esto es una suerte de reconciliación personal con su partido.

-Se aborda una segunda parte de la legislatura. La mayor apuesta será la reforma laboral. Si este gobierno de coalición progresista no lo consigue, ¿habrá que interpretarlo como un fracaso de Unidas Podemos? 

-Una fuerza del 15M que afronta incorporarse a un gobierno de coalición arriesga muchísimo, pero no haber entrado en el gobierno habría sido una frivolidad. No habría habido ley «sí o sí», no habría ley trans, no habría ley rider, no habría ingreso mínimo vital, no habrían existido ertes, no se habría presionado a Europa para cambiar las políticas de austeridad por los fondos de reconstrucción. Por lo tanto, estos dos años de gobierno con Podemos han sido muy fructíferos.

-Pero quedan asuntos esenciales.

-Es verdad que quedan cosas que para mí son esenciales y que están en el acuerdo de gobierno. Podemos tiene que presionar para cambiar de una maldita vez la ley mordaza que en Gijón encarcela a sindicalistas, hay que lograr regular los alquileres porque es absolutamente intolerable, hay que avanzar para que las grandes empresas también paguen impuestos. Fíjate que se nos olvida que se aprobó la ley de eutanasia que es una señal que explica que España ha cambiado. Y algo que se nos olvida es la remoción del voto rogado. Un país que durante la crisis expulsó a una buena parte de la población y luego no les dejamos votar. Eso lo ha logrado también este gobierno. Uno es consciente de que en un gobierno de coalición rige la correlación de fuerzas y que Podemos es un socio minoritario que le impide captar el voto enfadado.

-Y eso es un riesgo.

-Es un riesgo porque es muy difícil ser ministro y estar al mismo tiempo en una manifestación protestando contra las decisiones de tu gobierno. Por eso no me he cansado de explicar lo importante que es diferenciar el partido, la fracción parlamentaria y el gobierno. Creo que el partido tiene vida propia y debe ser el órgano que mande sobre los ministros, sobre los alcaldes, los concejales, los parlamentarios. La responsabilidad de todos estos cargos recae en el partido que los ha elegido para ocupar esos puestos. Por tanto, esa asignatura que tiene Podemos pendiente con el partido en movimiento es la que tiene que presionar para que se cumplan todos los acuerdos pendientes como la derogación de la reforma laboral, la ley mordaza, las pensiones, o el reparto de los fondos europeos. No puede ser una cuestión de Nadia Calviño repartiendo entre las empresas. Van a ser dos años de una intensa agenda política que desgraciadamente vendrá acompañada de un enorme ruido por parte de la derecha que montó una policía patriótica, unos medios de comunicación patrióticos y también creó una justicia patriótica. No tiene a todos los policías, ni a todos los periodistas ni a todos los jueces pero sí a una parte con una capacidad de convertir a su vez a una parte de la policía, una parte de los medios y una parte de la justicia en un estercolero.

– Mario Cuenca Sandoval acaba de publicar en Seix Barral una novela de referencia donde plantea una distopía cercana en la que España es gobernada por un partido fascista. Uno de los motores que alimenta ese triunfo es el miedo, la ira, el sentido atávico de la humillación. Te cuento todo esto porque al poco de nacer Podemos, Pablo Iglesias afirmó en más de una ocasión que el miedo estaba desde entonces en el otro bando. De alguna forma Podemos despertaba el miedo político o, al menos, lo desvelaba.

-Es verdad.

-Pero fue Vox quien tuvo la capacidad para gestionarlo.

-La crisis capitalista siempre genera desempleo, incertidumbre. Esto sucede en todas las crisis. Se convierte en un recelo a lo que está pasando porque no lo comprendes. Si a eso le añades también como algo propio de nuestra época el enorme desarrollo tecnológico que, simultáneamente genera aún más incertidumbre, se crea un caldo de cultivo que lo puede captar perfectamente la derecha. De hecho, el fascismo siempre es el plan B del capitalismo en crisis. Y ese fascismo no es igual en los 30 que en los 80 que hoy, aunque sí tendrá ese elemento de exclusión, de autoritarismo, de orden patriarcal, de religión autoritaria.

-Creo que hay un matiz: esta ultraderecha de Vox invita a desacomplejarse por ser fascista.

-Como la de Mussolini.

Sí, pero a diferencia de aquella, o del falangismo en España, se ha quitado la caspa y acude a los espectáculos de masas de la izquierda o comparte los hábitos de consumo cultural que tradicionalmente atribuíamos a los progres o a la izquierda en general. Creo que hemos confundido lo que es «ser de derechas sin complejos». Creímos que reivindicarían una hegemonía cultural propia, como en su día reclamó Juan Manuel de Prada, desde una visión eminentemente intelectual y que no abandonaría la caspa. Sin embargo, pienso que cuando VOX afirma que es la derecha sin complejos signficó que participará sin reparos en los hábitos de consumo de la izquierda y acudirá al Primavera Sound o a cualquier festival indie sin pedir perdón.

-Si, pero eso es sólo una parte del conjunto. Hay una parte destituyente, hay una parte impagada, hay una parte frustrada, otra airada que responde a lo existente y lo hace sin complejos también. A la derecha siempre le acompaña una legitimación de la violencia. Autoriza a ser violento frente a aquellos que dificultan su reconciliación consigo mismo y lo que hace. Por eso tiene derecho a ser violento con la izquierda, con las mujeres, con los sindicalistas. Consumir desaforadamente, que entraría en la lógica de tu pregunta, es una forma de violencia estructural y forma parte de una explosión de ira que se manifiesta con el derecho a consumir de una manera un poco estúpida. Pero eso tiene las patas muy cortas. Es un momento muy explosivo.

-Claro, es un hedonismo muy impulsivo pero que está ahí de modo constante. Ahí tenemos las elecciones de Madrid.

-En el año 34, después de llegar al poder, Hitler elimina a todos los que generaban contradicciones, bien fuera por elementos identitarios, bien fuera por elementos económicos. Elimina a toda la SA, toda la horma social del nacionalsocialismo, pero también a todos los conservadores que habían aceptado que Hitler gobernara, creyendo que los nazis se encargarían de las masas y los conservadores se ocuparían del Estado. Los nazis querían también tomar el Estado y por eso se cargan a la mano derecha de von Papen. Por tanto, tendrían también contradicciones, si como ocurre en Lux, la extrema derecha gobernara en España. Pero necesitarán cuatro elementos fuertes para reconstruir el país: una idea muy tradicional de la familia: la derecha no tendrá problema en exigir que su mujer sea una santa y después se vayan de putas, pero harán valer una idea de familia autoritaria que generará contradicciones con la homosexualidad. Lo vemos en Polonia o Hungría. Van a desarrollar también una idea de nación autoritaria: America first o España first. Formularán igualmente una religión autoritaria que acogerá diferentes formas de odio a los musulmanes por cómo tratan a las mujeres desde el enfoque del choque de civilizaciones de Huntington. Y por último van a tener una concepción muy autoritaria y luterana de la propiedad. El que tiene es porque se lo merece. Eso no le gusta al papa Francisco porque le cuestiona. Todo esto se les llenará de contradicciones y en ese momento harán valer la violencia y los propios sectores que choquen entre ellos serán ejecutados como ejecutaron en el 34 la noche de los cuchillos largos a los disidentes. Se ve muy bien en la novela M. El hijo del siglo de Scurati y en Alemania hay una extrema derecha dirigida por una lesbiana. Es verdad que tendrán sus contradicciones.

-En alguna ocasión, al poco de nacer Podemos, Pablo Iglesias tenía la tentación y una parte de la izquierda, de convertir al lumpemproletariado en otro sujeto político más a tener en cuenta.

-Yo no tengo tan claro eso. Nosotros somos lectores de Walter Benjamin y sabemos perfectamente que cuanto peor, siempre será peor. El empeoramiento de las condiciones no necesariamente acelera la llegada del socialismo, sino que puede traer el fascismo. Nuestra pelea es contra la precariedad y el incremento de las desigualdades que es donde nace el fascismo. Cuando se empeoran las condiciones, si tienes capacidad de explicación sí que puedes hacer que la gente comprenda lo que le ha pasado. Pero si los medios de comunicación están en esa lógica de blanqueamiento de la extrema derecha como Ana Rosa, donde uno se asusta, pues te puedes esperar cualquier cosa.

-Pero la fuerza de los medios de comunicación no creo que supere la fuerza de los ertes de Yolanda Díaz. Quiero decir que todo el mundo que ha cobrado y salvado el cuello durante la pandemia gracias a un erte, sabe también que es gracias a Yolanda Díaz.  Por eso la importancia de la reforma laboral.

-La sociedad se ha fragmentado. Los partidos se han convertido en frentes amplios donde es prácticamente imposible que uno de ellos tenga una mayoría absoluta. Esto implica que los partidos deben tener diferentes intereses, diferentes miradas y referentes. En el siglo XXI la opinión publica está fragmentada y el sentido común de la época es conservador. Si se genera miedo, te pones a la defensiva. Activas tus mecanismos de defensa, tu hipotálamo genera un perímetro de defensa y eso hace que sea más fácil atender a las opiniones más simplonas y atávicas que explican cómo reaccionar ante el miedo. En ese sentido, la figura de Yolanda Díaz es muy luminosa porque permite que sectores que han comprado ese discurso conservador de la época, puedan escucharla sin generarles miedo. No hay reacción sino puente de plata para que esos electores alejados de la izquierda la puedan votar. Pero también tiene que convivir con gente que no ha caído en ese sentido de época conservador, que es lúcida, que es consciente de los problemas medioambientales, de los problemas de precarización laboral, de la robotización de la economía, de explotación, de las migraciones y esa gente consciente en posiciones progresistas también quiere escuchar un discurso que les satisfaga porque se asemeja a lo que ellos piensan. Por eso vamos a necesitar diferentes voces. Lo  relevante es que se mantenga esa idea de que forman parte de la misma familia.

-Algo que ha sabido hacer el PSOE.

-El PSOE es capaz de presentar a Nadia Calviño, que es neoliberal y podría estar perfectamente en el PP, y presentar a otros perfiles que por su labor municipal han gestionado más a ras de suelo. El PSOE es uno de los partidos de Estado que con sus medios de comunicación gestiona mejor estas contradicciones. La derecha que tiene todos los medios de comunicación hace exactamente igual: puede tener a Feijóo con un discurso más moderado y a Ayuso que es prácticamente idéntica a Monasterio. Unidas Podemos tiene más dificultades por su juventud, porque no le apoya los medios de comunicación, porque el sistema siempre intentará fraccionarla, alimentando algunos sectores que están mas cerca de la vieja lógica como ocurre con Íñigo Errejón… Pero eso es parte de la pelea de una fuerza política que nace de las calles y del agotamiento de un sistema político que emerge expresando la necesidad de superar el ADN de doscientos años de unas élites políticas españolas expresado en la monarquía, el militarismo, el centralismo, el bipartidismo, la relación iglesia y Estado y el capitalismo clientelar. Y en tanto en cuanto esos elementos del ADN están en disputa, Unidas Podemos tendrá un espacio, pero también va a tener una enorme confrontación.  

MiGIJÓN.COM  DdA, XVII/4892

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