jueves, 15 de julio de 2021

GÖRING Y LA AMISTAD DEL CORAZÓN*


Félix Población

Hace algo más de un lustro se publicó por primera vez el llamado Catálogo Görieng, una relación anotada de las 1.376 pinturas, 250 esculturas y 168 tapices que quien le da nombre expolió de los museos y colecciones privadas de algunas familias judías en los países ocupados por la invasión nazi durante la segunda Guerra Mundial. Solo de Francia se calcula que fueron cien mil los objetos artísticos que se llevó la Werhrmacht. 

El catálogo de la segunda autoridad del Tercer Reich responde a los caprichos de apropiación que Hermann Wilhelm Göring (1893-1946), solo por debajo de los que tuvo su Führer, primer beneficiario del mayor robo artístico de la historia: 650.000 piezas robadas en toda Europa.  Tuvieron que transcurrir setenta años hasta que esa documentación, depositad en los archivos diplomáticos de Quai d’Orsay, en París, así como en otras dependencias provinciales, fuera dado a conocer durante la gestión de Laurent Fabius como ministro de asuntos exteriores de Francia. El producto fue una edición crítica, en la que se incluye un prólogo y notas que facilitan el entendimiento de los hechos, resaltando el papel jugado en la protección y recuperación de ese tesoro artístico de Francia por la conservadora del Museo Jeu de Pomme Rosa Valland. 

Sus precipitadas y detalladas fichas haciendo anotaciones de cuanto se llevaron los nazis desde París a Alemania en casi medio centenar de trenes, hicieron posible no solo que la resistencia francesa no dinamitara esos convoys sino su recuperación al término de la guerra fuera posible. Es de lamentar que el papel jugado por Rosa Valland no fuera reconocido por su país hasta muchos años más tarde. Las notas tomadas por esa funcionaria, jugándose la vida, permitieron conocer las preferencias artísticas de Göring para acaparar su gran colección personal, registrada en ese catálogo manuscrito de 286 páginas. No hay que olvidar que Göring, nacido en África, se crió en el castillo de Burg Veldenstein, donde su padrino de ascendencia judía le incuculcó la afición por el arte.

Gracias a una magnífica película de Laurence Thiriat, difundida recientemente por Arte TV, hemos podido tener conocimiento detallado del mayor robo artístico perpetrado en la historia de la humanidad. Cada cual podrá seguir las incidencias de este expolio en el mencionado canal y subrayar aquellos aspectos que le resulten más interesantes, pero hay uno que personalmente me resultó muy significativo por lo que comporta de metáfora sobre aquel expolio y que el realizador del film dejó para poner punto final a la película.

Movido por su megalomanía y al objeto de asemejarse a un príncipe renacentista, Görieng quiso hacer de su residencia de campo en Carinhall una especie de Versalles teutón en el que dar acogida al fruto de su robo. Obviamente, al término de la guerra, y en evitación de que el Ejército Rojo ocupara el suntuoso edificio, ordenó a la escuadra de demolición de la Luftwaffe que lo destruyera el 28 de abril de 1945. Gran parte de las obras artísticas fueron halladas después por las tropas del general Patton en una mina de sal Altaussee, una aldea remosta de los Alpes austriacos.

Todo un tren repleto de cuadros, esculturas y demás objetos artísiticos  (el llamado tren de Göring) llegó a la localidad de Berchestesgaden, causando la lógica inquietuid entre los vecinos, que en lugar de alimentos, como esperaban encontrara, se contraron con arte, artre que pasó a los gftraneros de no pocos de los lugareños, hasta el punto de que aún hoy en día cabe creer -segun testimonian algun anticuario- que en Berchestesgaden siguen ocultas obras artísticas de ese tren, obra, por lo tanto dos veces robadas a sus propietarios.

Pero no es de eso de lo que se nos informa al final del interesante film Catálogo Görieng (canal ARTE), sino de la aparición en los sótanos de la vieja residencia de caza de Hermann Wilhelm Göring -gracias a la investigaciones llevadas a cabo en el lugar por Christophe Frank- de una escultura de 1,20 metros, obra de Étienne Maurice Falconet, conocida por el nombre de La amistad del corazón, que había pertenecido a Maurice Rotschild, y que Madame de Pompadour regaló a su amante el rey Luis XV. La obra de Etienne-Maurice Falconet (1716-1791) director de la fabrica de porcelana de Sevres gracias a Pompadour, se caracteriza por una estilo exquisito y delicadamente carnal, muy del gusto de la favorita del Rey y extensivo al del dirigente nazi.

*Artículo publicado también en El Salto

     DdA, XVII/4895     

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