Lazarillo
Nos dice Francisco Murcia que en los días de más calor del verano, a los vencejos, esos insecticidas naturales tan diligentes en su quehacer, se les vence a veces su incansable vuelo porque ellos también son víctimas de las altas temperaturas. Su agotamiento les hace caer a tierra, por lo que es buen tener en cuenta estas recomendaciones: "Si os encontráis alguno en ese estado, cogedlo con mucho cuidado (mejor si lo haces con un trozo de papel de cocina o con un pañuelo de papel) y llevarlo a tu casa para que descanse. Lo metes en una caja de cartón (por ejemplo, de zapatos), le puedes hacer agujeros o simplemente la dejas sin tapar porque no se va a escapar. No le des nada de comer y, sobre todo, no intentes darle agua; solo déjale descansar.Los vencejos, los aviones y las golondrinas comen insectos. No hay que darles agua ni pan ni almendra triturada ni…….. etc.…. Por la mañana, con la fresca, sales a la puerta y te lo pones en la palma de la mano abierta; elevas un poco la mano y, si se encuentra con fuerzas, volará. Si se queda en tu mano, no lo lances al aire porque seguramente se volverá a caer. Y, sobre todo, no lo lances desde la terraza. Estos dos de la foto están en mi casa, los hemos recogido esta tarde. Mañana, al amanecer, los sacaré para que sigan su marcha". Gracias, Francisco Murcia, que esas dos criaturas despeguen al alba de tus manos para ganar otra vez el aire.
DdA, XVII/4892
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