Lazarillo
Quienes difundieron a través de las redes sociales la esquela que ilustra este breve comentario no se preocuparon demasiado en hacerlo con un esmerado recorte, como se puede apreciar. La prisa y la obsolescencia programadas hacen que nada se puede hacer con el requerido detenimiento. A este Lazarillo le molesta que ni siquiera para recortar una esquela se repare en lo chapucero que resulta verla tal que así y no respetar no ya a los que tengan interés en leerla sino a quien tuvo la iniciativa de redactarla tal como consta. A este Lazarillo esta esquela, publicada en el viejo diario El Progreso, le parece antológica y merece por ello su correcta estampación. No sabemos a qué edad falleció Mª Paz, quizá porque hasta el fin de su días no era de las mujeres que la confesaban, pero sí que lo hizo el pasado 2 de junio en la ciudad de Lugo y que rechazó la presencia en su honras fúnebres de todos aquellos que formaban parte de su familia, indicando expresamente la identidad de aquellas personas que desde hace tiempo formaron parte de su vida sin necesidad de vínculos de sangre. Doña Paz quiso posiblemente así evitar la hipocresía de los llantos y penas fingidos, para sentirse despedida de corazón por quienes la acompañaron fraternal y familiarmente con su amistad. "Al resto de la gente que jamás se preocupó durante mi vida, les deseo que sigan tan lejos como estuvieron", concluye el breve obituario, redactado con muy concisa y expresiva elocuencia por la difunta, cuya ausencia solo llorarán quienes ella quiso y la quisieron, en la seguridad de que sus lágrimas tendrán sentimiento y sentido.
DdA, XVII/4870
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