domingo, 13 de junio de 2021

ENCANALLAR HASTA LA NÁUSEA EL VOCABLO LIBERTAD


Celso Miranda

Cuando leí "ancla" en un titular no pude seguir. He rechazado de plano seguir leyendo, escuchando, debatiendo sobre algo que hace renegar de nuestra propia naturaleza como seres humanos. Esta semana, cuando visité la exposición en las instalaciones de la Fábrica de La Vega llegué a comentar con Isra, uno de los autores de esta obra, y con un fotógrafo, que nos parecía raro que esta red social no hubiese ejercido censura sobre la representación gráfica de este trabajo. No tardó un grupo político municipal en vociferar (nunca mejor dicho) aludiendo a un ataque a la sociedad cristiana, de la que "todos" formamos parte, a lo que se ve. Hoy la derecha, en sentido amplio, se manifestará contra los indultos a los presos políticos catalanes, que es algo así como manifestarse contra el uso de la política para solucionar los conflictos políticos, más allá del análisis concreto de la situación concreta, que es el meollo del asunto. La izquierda, mientras tanto, se venda las heridas del 4M y se reorganiza para afrontar lo que vendrá, el enésimo intento desestabilizador contra esta legislatura, considerada ilegítima por quienes gobiernan la mayor parte del tiempo y mandan siempre. Tanto mandan que se apropian del uso de las palabras. Así, libertad, hermoso vocablo, es vaciado de su contenido más profundo para encanallarlo hasta la náusea: libertad para tomarse una caña (que alguien te ha de servir), libertad para cargarse los chiringuitos políticos y sociales de nuestra ciudad para ofrecerlos a los mercaderes del templo, referencia cristiana y anticapitalista a la vez. Libertad para los presos, no. Retorcer las palabras, retorcer los conceptos, nublar los juicios y las conciencias. Lo único sólido que rescato de esta semana es la necesidad de intervenir YA en las instalaciones de la Fábrica de La Vega, que una vez fueron trabajo y vida (y, sí, también muerte, no me olvido de las contradicciones de crear para destruir) ante el deterioro que, a ojos vista de las y los ovetenses sensibles, empobrece nuestro patrimonio. Y la necesidad, sólida, de levar anclas, en pensamiento y en acción. Levar anclas. Nunca más las anclas. Por favor.

     DdA, XVII/4875     

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