Félix Población
Por querencia a uno de nuestros poetas mayores, suelo revisar la Revista Machadiana que publica regularmente mi estimado Antonio Álvarez Machado, y que aun centrándose en la vida y obra de don Antonio no elude algunas referencias periodísticas a la actualidad de su tiempo. Creo, por la relación que esta noticia tiene con las informaciones y opiniones de estos días a propósito de los previsibles indultos del Gobierno a los presos del Procés, que no viene mal recordarla y aprovechar la ocasión para hablar de su protagonista.
Desconozco si de esta información tuvo alguna referencia el ex honorable Carles Puigdmont cuando eludió la cárcel hace unos años con una fuga tan presurosa como medrosa, en lugar de encarar las penas a las que fueron sometidos sus compañeros de gobierno. Si Puigdemont huyó de España antes de ser encarcelado, Joan Casanovas i Maristany estaba en régimen de prisión atenuada cuando burló la vigilancia policial y cruzó la frontera con Francia. Casanovas había sido encarcelado, junto a otros dirigentes de Esquerra Republicana, a raíz de los sucesos del 6 de octubre de 1934 en los que el presidente Luis Companys proclamó el Estat Catalá.
Nacido en Sant Sadurní de Noya en 1890, Joan Casanovas fue también vicepresidente de la Generalitat durante la segunda República y como fugaz consejero primero del gobierno de Cataluña en 1936 -leemos en Wikipedia-, unió a las presiones de la FAI para llevarse las reservas de oro del Banco de España a Cataluña la de exigir al gobierno de José Giral que se concediesen a la Generalidad grandes cantidades de divisas para fortalecer el comercio exterior catalán independientemente del resto de España. Tales demandas, contrarias al Estatuto y perjudiciales para el conjunto de la República, fueron rechazadas.
En septiembre de 1936, Casanovas dimitió como consejero por discrepancias con Companys, al que reprochó su dependencia del anarquismo y el PSUC, y se convirtió en el líder de Esquerra Republicana más crítico con el president de la Generalitat. Enfrentado a la extrema izquierda, abandonó Cataluña en noviembre de 1936 para regresar al año siguiente y seguir repartiendo sus criticas durante la Guerra Civil tanto a Companys como al gobierno central, al que acusó de reducir el margen de autogobierno catalán. Incluso participó en ese tiempo en un intento de apartar a Cataluña de la Guerra Civil y conseguir la protección de Gran Bretaña y Francia, un proyecto acariciado por un sector del nacionalismo más radical, sobre cuyo asunto desconozco si hay algo escrito.
Joan Casanovas i Maristany falleció en 1942 en el exilio en Francia, como tantos otros de los que merecieron tanto su apoyo como sus críticas mientras la segunda República sufría el acoso del nazi-fascismo que acabó con su corta vida y llenó de ejecuciones, cárceles y destierros el país. Alguna sinopsis biográfica como la de la Academia de la Historia señala que Casanovas llevó a cabo una intensa actividad durante su breve tiempo de exilio para explicar su actuación a lo largo de la guerra. Desconozco qué balance sacó en consecuencia.
DdA, XVII/4879
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