domingo, 30 de mayo de 2021

¿Y POR QUÉ NO UN MONUMENTO A LA LEGIÓN EN BADAJOZ?*


Félix Población

Con algo de retraso sobre la fecha de fundación de la Legión Española, que data del 28 de enero de 1920, el alcalde de Madrid ha anunciado la erección de un gran monumento al llamado originalmente Tercio de Extranjeros, cuyo nacimiento se debió a la necesidad de hacer frente a la llamada Guerra del Rif, un conflicto colonial de crueldad suma por parte y parte, para el que no estaban preparadas las tropas de reemplazo, que perdieron la vida por millares.

En 1934, con motivo de la revolución de octubre en Asturias, la Legión intervino en aquella región para reprimir de modo harto cruel a quienes se habían sublevado contra el gobierno conservador de la segunda República, con un balance final de víctimas mortales que ronda los dos mil por parte de los sublevados. Aquello fue el prólogo a la atroz actividad represora llevada a cabo por sus 18 batallones en la Guerra Civil, junto a las tropas regulares africanas, y cuya participación a favor del bando sublevado fue de suma importancia para su victoria final.

Debe citarse una vez más, como episodio más notorio de brutalidad a cargo de los más de dos millares de legionarios que marcharon al mando del coronel Yagüe, la conquista de Badajoz, una página de barbarie de las más sangrientas en la historia del conflicto, si no la mayor, en la que miles de personas fueron asesinadas, con un escenario marcado sobre todo por la tragedia: la plaza de toros de la ciudad, un lugar que el ex presidente de la Junta de Extremadura Rodríguez Ibarra derribó durante su gestión, impidiendo con ello que fuera erigido como el más que merecido lugar de la memoria. Se calcula que fueron 4.000 los ejecutados, lo que en el Badajoz de entonces representaba el 10 por ciento de la población.

Los hechos fueron denunciados en 2007 como genocidio, pero la denuncia no siguió adelante ante la Audiencia Nacional, alegando que habían muerto los máximos responsables de la masacre. El total de personas asesinadas en la provincia pacense se cifra en 6.000, como consecuencia del paso de la llamada Columna de la muerte del coronel Yagüe, según la califica el historiador Francisco Espinosa en el documentado libro del mismo título.

Yo no sé a lo que llegaremos si en la ciudad de Madrid, capital de un estado democrático, se erige un monumento a quienes cuentan en su historia con esos antecedentes desde la Guerra del Rif. Se anuncia ese homenaje, además, coincidiendo con lo que acaba de ocurrir en Alemania, cuyo gobierno ha reconocido como genocidio los crímenes cometidos por sus tropas coloniales a principios del siglo XX contra los pueblos Herero y Nama en lo que hoy es Namibia. 

¿Qué será lo próximo a lo que asistamos en Madrid, bajo un gobierno autonómico que va a contar con la colaboración de la extrema derecha, después del derribo de los nombres de los fusilados por la dictadura en el cementerio de La Almudena? Llevados por esta retroactiva deriva reaccionaria, cabe preguntarse si asistiremos algún día a la inauguración de un monumento a la Legión Española en la mismísima ciudad de Badajoz, en la que tantos demócratas fueron masacrados por unas tropas que se comportaron con sus propios compatriotas con la misma vesania que un ejército colonial.

*Artículo publicado en La última hora.

     DdA, XVII/4861     

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