martes, 25 de mayo de 2021

LOS RELATOS ENVENENADORES DE LA HISTORIA


Vicente Bernaldo de Quirós

   Cuando una persona cuenta un hecho desde su perspectiva, narra un relato, pero no es necesariamente un hecho histórico formalmente aceptado. La Historia es algo más, es la verificación de ese relato y que pueda ser documentado de manera clara y rigurosa. No vale la versión refranera de cada uno cuenta la feria según le va en ella.
   Últimamente se han producido diversos intentos de hegemonizar los relatos para adaptar a la Historia las versiones que a cada uno le pueden interesar. Hay un deseo objetivo que determinadas ideas sean elevadas a la categoría de hechos históricos en otra versión más de la lucha de clases.
   Un relato, por ejemplo, que suele estar en boga en determinados círculos, es que la Segunda República española fracasó por los errores y las divisiones internas entre los republicanos que querían ir más allá. La Historia, sin embargo, demuestra claramente que el régimen nacido en abril de 1931 fue ahogado física y militarmente desde el minuto cero de su proclamación, hasta el punto de que poco más de un año después, ya se conoció el primer golpe de Estado. En agosto de 1932, el monárquico general José Sanjurjo, se lanzó a la calle para tratar de reinstaurar el régimen corrupto de Alfonso XIII. Fracaso y la generosidad de la República le llevó al exilio. Si los leales al nuevo régimen fueran tan sanguinarios como los franquistas al acabar la guerra civil, le hubieran dado matarile al militar navarro y a lo mejor Paca la Culona y los africanistas que se levantaron en armas el 18 de julio de 1936 se lo hubieran pensado más. Pero el régimen republicano no podía ser tan miserable como los vencedores de la contienda.
   Otro relato que se ha extendido como una mancha de aceite es que los inmigrantes que llegan a España quitan el trabajo a los españoles, cuando no cobran enormes subvenciones por no hacer nada. La Historia, sin embargo, demuestra, que en las épocas de crecimiento económico, el número de españoles que pueden trabajar es muy inferior a los objetivos laborales y la demografía es obstinada: el número de españoles decrece considerablemente, por lo que para muchos trabajos son necesarios extranjeros. Temporeros en la fruta o empleados en la construcción, mientras miles de pueblos en España son abandonados o quedan despoblados por razones biológicas.
   Visto lo visto, conviene separar científicamente un relato de un hecho histórico, como es preciso diferenciar un bulo de una noticia. Es sobre todo, cuando avanzan los movimientos populares o las clases trabajadoras se hacen con derechos inalienables y los privilegiados se resisten a que así sea, cuando nacen los relatos envenenadores de la Historia. Como los bulos.

   DdA, XVII/4857   

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