martes, 25 de mayo de 2021

ADIÓS AL ÚLTIMO BRIGADISTA INTERNACIONAL



Lazarillo

Ahora sí que los periódicos y telediarios podrán titular, si lo tienen a bien, que ha muerto el último brigadista internacional de aquellos que en en 1936 vinieron a nuestrO país a luchar contra el fascismo, en defensa de la segunda República. El diario Levante nos informa hoy del fallecimiento a los 101 años de edad de Josep Almudéver Mateu, que una semana después del golpe de Estado de 1936 se alistó en las Brigadas Inteneracionales, falsificando su edad pues aún no había cumplido los 18 años. Almudéver no se conformó con esa lucha. Después de la guerra fue asimismo combatiente guerrillero en la Agrupación de Levante contra la dictadura franquista, hasta que fue detenida  la mayor parte de la misma en 1946, si bien Josep logró escapar a Francia. La Generalitat de Valencia le había otorgado  la Alta Distinción por su lucha en defensa de la democracia. En su honor, y en el de todos aquellos que como se empeñaron en esa batalla en España, bien vale recordar el poema que Miguel Hernández dedicó a los brigadistas que murieron en combate por defendernos de lo que ahora en este país "ha vuelto a resurgir" y sin duda habrá sido motivo de mucho pesar en el último brigadista:

Si hay hombres que contienen un alma sin fronteras,
una esparcida frente de mundiales cabellos,
cubierta de horizontes, barcos y cordilleras,
con arena y con nieve, tú eres uno de aquellos.

Las patrias te llamaron con todas sus banderas,
que tu aliento llenara de movimientos bellos.
Quisiste apaciguar la sed de las panteras,
y flameaste henchido contra sus atropellos.

Con un sabor a todos los soles y los mares,
España te recoge porque en ella realices
tu majestad de árbol que abarca un continente.

A través de tus huesos irán los olivares
desplegando en la tierra sus más férreas raíces,
abrazando a los hombres universal, fielmente.

      DdA, XVII/4857      un alma

Llegó a irse a Marsella en 1938, como refugiado, poco antes de acabar la Guerra Civil, pero el tesón de Almudéver lo llevó, de nuevo, a regresar al frente de batalla. Llegó la derrota y, con ella, su arresto. En abril de 1939 fue encarcelado en los campos campos de concentración de Los Almendros en Alicante y el de Albatera; así como en las cárceles de Porta-Coeli, la Modelo y Aranjuez, donde fue condenado a muerte por el delito de “auxilio a la rebelión”. Finalmente, le conmutaron la pena por 30 años de presidio. Luego se le rebajó a 12 años pero, por buena conducta, logró salir en libertad condicional en 1942.

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