Félix Población
Hay
muchas razones para pensar que Madrid ha sido pésimamente gobernada en los dos
últimos años, sin que nos remontemos más allá en el tiempo. Las encuestas
muestran, sin embargo, que quien preside ese gobierno está muy por encima de su
inmediato adversario, el opositor durmiente. Lo de gobernar va a depender de los votos que su
candidatura le reste a Vox, dado que Díaz Ayuso ha optado por competir con
éxito con la extrema derecha. Ejemplo de ayer mismo: “El PSOE se ha convertido
en un refugio de golpistas, batasunos, okupas y bolivarianos”.
En cuanto a la izquierda, dice la mentada que se
dedica a “dar homilías feministas mientras ha multiplicado el desempleo
femenino; enfrenta la escuela pública a la privada, la educación especial con
la general y la Sanidad pública y la privada, igual que hacen con las empresas;
denostan y ridiculizan el sector servicios, la hostelería y el turismo y
desprecian a la agricultura y al sector industrial.”
Es
indudable que con tal sarta de necedades la candidata del Partido Popular puede
hacerse querer hasta tal punto por los votantes de Vox que incluso podría
costarle a Monasterio y los suyos no lograr representación en la Asamblea de
Madrid, dado que el CIS solo le computaba ayer poco más de cinco por ciento. Todo
dependerá del entendimiento que den los electores conservadores al voto útil,
porque quizá esta vez no fuera votar al partido mayor.
Se
podría pensar que esa encuesta ha sido excesivamente generosa con el Partido
Popular, después de la desastrosa gestión llevada a cabo por la citada señora,
que por no defender no defendió ni la propia hostelería a la que permitió
licencias contrarias a las establecidas con motivo de la epidemia. Su
convocatoria de elecciones impidió que la hostelería recibiera las ayudas
económicas correspondientes que ya habían sido aprobadas en los presupuestos. Súmese
a eso un incremento de más de cien mil parados en 2020 y treinta millones de
euros menos para fomentar el empleo*.
Añádase al desastre económico la deplorable gestión de las residencias de ancianos, con miles de internos fallecidos, abandonados a su suerte en unos centros no medicalizadas, con un protocolo criminal de no enviar a los enfermos contagiados a los hospitales. Que con esa lacra Díaz Ayuso convocara unas elecciones súbitas en Madrid, una comunidad de las más afectadas por la epidemia, deja en evidencia el carácter rastrero e incivil de su política, cuando lo que debía primar en una gestión de gobierno es una campaña de vacunación diligente y no una campaña electoral sobrevenida para que su presidencia no se desgaste aún más de lo que está.
Pienso que en Madrid las encuestas deberían ser otras ante esos comicios, pero si son esas será porque a la izquierda también le cabe parte de culpa. Que ni en estas haya tenido un partido la mínima predisposición por la unidad duele. Esperemos que el 4 de mayo no duela más por haber perdido algo más que unas elecciones autonómicas. Quizá la salvación esté en que Ayuso se quede sin Vox.
*El desempleo descendió en el conjunto del país
DdA, XVII/4811
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