martes, 6 de abril de 2021

BONITA MANERA DE HACER PATRIA CON EL IMPUESTO DE SUCESIONES


Celso Miranda

Ayer era Domingo de Resurrección, hacía buen tiempo en Asturias y necesitaba oxigenar después de leer el cargado editorial del diario líder. Así que me tiré al monte y lo he dejado para hoy. El editorialista cargó las tintas, casi no hay sustantivo sin adjetivar: "obsceno agravio", "irracional competencia", "loca carrera", "engordado andamiaje", "evidentes desigualdades", "escandaloso agravio",... Lo cierto es que lo hiperbólico del lenguaje esconde lo exiguo de datos y argumentos aportados. Uno de los objetivos cumbre de la derecha hispana, y asturiana, parece ser adelgazar aquello que llegó a llamarse el Estado del Bienestar (los servicios públicos) y, además, que la carga fiscal recaiga sobre la mayoría social (la clase trabajadora). Así, no resulta escandaloso ni es susceptible de editoriales o titulares de prensa la existencia de tipos de IVA del 21% que pagamos todas y todos cada vez que consumimos bienes y servicios, incluso de primera necesidad, o que el gravamen de las rentas del trabajo sea superior, de media, al tipo efectivo del Impuesto de Sociedades. Amazon, por ejemplo, tributa al 5% de sus rentas, la tercera parte de cualquier trabajador medio que se levanta a las seis de la mañana para ir a currar. El periódico líder dice que en 2019 se recaudaron en Asturias por Impuesto de Sucesiones 67 euros ¡por habitante! Y ese dato, que deja la palabra demagogia inútil por insuficiente, es el andamiaje para el editorial. ¿Qué significa eso? El Impuesto de Sucesiones sólo lo pagan los que reciben una herencia muy cuantiosa, sin necesidad de madrugar para conseguir esa renta, como los que se levantan para trabajar y pagan IRPF o los que están en paro y pagan IVA por la luz o el pan. Así que no tiene ningún sentido dividir el importe recaudado entre el número total de contribuyentes, menos aún por el número de habitantes, herederos o no (mayoría absoluta estos últimos). Por lo demás, las mismas falacias de siempre: doble imposición (como si las rentas del trabajo no volvieran a tributar por IVA, por ejemplo, cuando un trabajador compra el diario por la mañana), huida fiscal (los inmuebles dudosamente se pueden trasladar), etc. etc. Hombre, me hizo gracia lo de atribuir las grandes fortunas, gravadas por el socialcomunista Impuesto de Sucesiones, al "trabajo", "ingenio" y "capacidad" de quien los lega, que no digo yo que no. Pero, eso, en el país de la corrupción, la especulación y el blanqueo de capitales, como que canta un poco. No está de más recordar que España está muy por debajo de la media de la presión fiscal europea, y que la progresividad fiscal y la redistribución son principios establecidos en nuestra Carta Magna, la Constitución Española. Bonita manera de hacer patria.

DdA, XVII/4811

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