miércoles, 28 de abril de 2021

EL SILENCIO DE REY ANTE LAS AMENAZAS DE MUERTE


Félix Población

El rey viajó ayer a Extremadura en visita oficial, acompañado de dos representantes del Gobierno que fueron amenazados de muerte recientemente, junto al candidato de Unidas Podemos a la presidencia de la Comunidad de Madrid. El ministro del Interior y la directora general de la Guardia Civil acompañaban a Felipe VI. 

Habría sido una buena ocasión, casi pintiparada, para que el Jefe del Estado hubiese aprovechado la oportunidad para condenar sin paliativos el resurgimiento de esa correspondencia de carácter terrorista que este país bien conoce desde los tiempos de ETA. En los medios de comunicación apenas se ha hecho notar el silencio del monarca a propósito de unos hechos que los partidos políticos han condenado con mayor o menor énfasis, si bien en uno de ellos no se le ha dado crédito a tan grave percance. 

¿Tendremos alguna reacción por parte de la Corona o su silencio acabará por dejar en buena parte de la población la sensación de que elude la responsabilidad que le compete como Jefe del Estado ante unos hechos que en cualquier otro país merecerían la más enérgica repulsa por quien ocupara ese cargo? ¿Teme el rey que una condena de este tipo por su parte, durante una campaña electoral, podría decantar su opinión a favor de aquellos partidos que, por haber sufrido esas amenazas, son los que más firmemente se han propuesto defender la democracia frente al fascismo? ¿Ha leído alguien alguna columna periodística haciendo notar ese silencio? 

Dado que hoy nos hemos enterado de la detección -esta vez sí- de un nuevo envío postal con balas a la directora general de la Guardia Civil y otro a la señora Díaz Ayuso (en este caso desde Cataluña), es de esperar y desear que la Jefatura del Estado rompa su silencio, pues nunca en la historia reciente de este país se registraron hechos tan graves durante una campaña electoral. 

Que el diario monárquico ABC considere que la demanda de unas palabras de condena del Jefe del Estado es un ataque a la monarquía, por lo que Pablo Iglesias dijo al respecto ayer, explica hasta cierto punto por qué ese servilismo del periodismo cortesano con la Corona la sitúa cada vez más abajo en el aprecio de la ciudadanía. Ahí tenemos el caso del venerado rey padre, acogido por una dictadura extranjera después de huir de su país por sus presuntas corrupciones.

          DdA, XVII/4831         

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