miércoles, 28 de abril de 2021

EL FÚTBOL PELIGRA, ACUDID A SALVARLO

 


Vicente Bernaldo de Quirós

   En España somos muy dados a los gestos grandilocuentes y si, además los aderezamos con palabras altisonantes, mucho mejor, porque nuestro grandonismo  patrio nos eleva la autoestima nacionalista hasta el firmamento y nos hace pensar que el mundo gira a nuestros pies y somos la madre que nos parió. Si vamos tan de sobraos que un alcalde de Móstoles llegó a declarar la guerra a todo el imperio napoleónico. Y el contralmirante Méndez Nuñez en un ataque de falsa modestia resopló aquello de "más vale honra sin barcos que barcos sin honra", que en Asturias se convirtió en vale más partido sin gobierno que gobierno sin partido, cuando el barullo del PP entre Sergio Marqués y Francisco Alvarez-Cascos llegó as su cénit. O aquel ejercicio de cinismo del jefe de Opinión de un periódico de ultraderecha, que espetó que "prefiero un gobierno de corruptos que un gobierno de comunistas", barriendo claramente para la casa común de la derecha, heredera de aquella máxima del diputado monárquico José Calvo Sotelo que prefería una España roja a una España rota.
   Pues no hemos cambiado nada. Seguimos siendo los más soberbios de la faz de la tierra y así lo demuestra el fallo judicial de un togado de lo Mercantil que al poco de generarse la polémica de la Superliga dicta una sentencia que advierte nada más y nada menos que a la UEFA y a la FIFA que no toquen un pelo a los directivos y jugadores que apuesten por el modelo futbolístico que propicia Florentino Pérez para sacarse un sobresueldo.
   Si el juez Manuel Ruiz de Laria hubiera sometido este caso al tiempo habitual y lento de la Justicia española, se hubiera ahorrado la sentencia y el consiguiente ridículo, porque el anuncio de la Superliga duró menos que un orgasmo y todo el entramado se derrumbó como un castillo de naipes. O sea que el grito de "Españoles, el fútbol está en peligro. Acudid a salvarlo" se ha quedado ya totalmente demodé.
   Que entre los grandes  propietarios delos clubes y los responsables de las organizaciones deportivas hay una lucha por el poder y, consecuentemente, por el dinero que genera, es un hecho evidente y que seguirá habiéndola sin ningún género de dudas. Esta es una batalla, pero aquí no acaba la guerra.
   Y ¿quien tiene razón? Como en las casas en las que se riñe porque no hay panchón, todos tienen razón. Y como la UEFA y los presidentes de equipos superpotencias suelen ser personas más o menos razonables, terminarán entendiéndose y repartiéndose la tostada entre ellos. Ya veremos cuando, porque ahora están los ánimos un tanto caldeados, pero seguro que se arreglan.
   Por eso hay que tomarse con mucho sentido del humor este rifirrafe y no enardecernos de espíritu patriótico por una causa en la que tenemos poco pito que tocar los ciudadanos. Y, por supuesto, la Justicia. Tened por seguro que seguirá habiendo fútbol de gran nivel y las televisiones y plataformas digitales lo emitirán y harán su correspondiente buena caja. Y, bueno, las declaraciones grandilocuentes, dejémoslas para cuando la selección española vuelva a ganar otro mundial, que parece que está en camino. Y no colguéis en el balcón la rojigualda hasta que suceda, porque se llena de polvo y hollín. Y queda feo.

       DdA, XVII/4831      

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