miércoles, 31 de marzo de 2021

JUPOL: EL SINDICATO PRESCINDIBLE

 


Vicente Bernaldo de Quirós


  El sindicalismo en los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado fue conquistado tras duras peleas y auténticas batallas contra los pioneros de este proceso de defensa de los agentes del Cuerpo Nacional de Policía y de la Guardia Civil como trabajadores por cuenta ajena, como corresponde a una organización sindical.
   Si difícil fue la conquista de los derechos sindicales en el Cuerpo Nacional de Policía mucho más complicado lo fue en la Guardia Civil, merced a esa contradicción in terminis que supone dotar de estructura militar a un cuerpo que se denomina civil desde practicamente su fundación. Pero el franquismo sociológico que pervivía, y aún pervive, en nuestros estamentos militares trató por todos los medios que los agentes de la Benemérita no se afiliaran a ningún sindicato.
   Digo que el trabajo realizado por los primeros impulsores del sindicalismo en estos cuerpos no puede ser echado por la borda como consecuencia de la irrupción de un sindicato, Jupol, Jusacil o el nombre que convenga para cada una de las ramas de este sector, que tiene por norma no solo defender los intereses de sus agentes, sino la vía política que supone enfrentarse a los gobiernos de izquierdas.
   Parece ser que los defensores e impulsores de la llamada policía patriótica, que tiene sus raíces en las cloacas del Estado que recuerdan con nostalgia y los tiempos y  las prerrogativas de las organizaciones franquistas en el seno de estos cuerpos han sido las musas que han desarrollado los criterios ideológicos de este sindicato, que ha barrido en las últimas elecciones al Consejo de la Policía y ha copado  los órganos de representación de este cuerpo.
   Y no es que cada persona tenga la libertad suficiente para afiliarse a un sindicato, que la tiene, incluso para fundar uno nuevo, pero es sumamente sospechoso que la mayoría de sus decisiones tengan como blanco de la diana las actuaciones de la izquierda en el Gobierno o las normas progresistas de cualquier administración que no les guste a estos sindicalistas.
   Es curioso como en el uso de sus atributos como sindicalistas, agentes de Jupol rodearan  el Congreso con pasamontañas y embocados con el fin de defender una legítima equiparación salarial con otras policías autonómicas. Si hubo condescendencia con estos guardias, no sé porque no la tiene que haber con otros manifestantes que plantean la independencia de Cataluña como finalidad, aunque el objetivo pueda no ser tan legítimo.
   Y uno tampoco entiende como el Jusacil, que es la variante de la Jupol en la Guardia Civil monta un pollo con manifestación incluida por la decisión del Gobierno socialista, tras un acuerdo con el PNV de abandonar la Guardia Civil de Tráfico en Navarra, que no supone que este cuerpo salga de esa comunidad autónomas, sino que la Policía Foral ocupará su lugar en el control de la conducción y de las carreteras navarras como una forma de 'la patronal' de organizar sus formas de gobierno, como haría cualquier empresario de cualquier forma de producción en nuestro país.
   En Asturias, la dirección de Jupol mostró su desacuerdo más radical con el expediente abierto a dos agentes del Cuerpo Nacional de Policía de Avilés, que criticaron (habría que ver en qué términos) la estrategia del Ministerio del Interior el 1 de octubre de 2017 en Cataluña.
   A un servidor le parece que si las reivindicaciones de las centrales policiales van más en la línea de atacar al Gobierno progresista que a defender a sus agentes, terminará vaciándose de contenido el objetivo inicial de sindicación policial que germinó en los primeros años de la democracia. Si eso es así, de nada habrían servido las luchas de los pioneros y el asunto terminaría con unos sindicatos absolutamente prescindibles. Y se volvería a la casilla de salida.

DdA, XVII/4804   

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