sábado, 27 de febrero de 2021

NOS SIGUEN MEANDO Y DICEN QUE LLUEVE

Celso Miranda

Tengo la sensación de que se cumple puntualmente la máxima de Castelao. Sí, ya saben, esa de que nos mean y dicen que llueve. Entiendo que es una cuestión de perspectiva, por no recurrir siempre a la mirada de clase. Yo veo las cosas desde abajo, ya me gustaría a mí volar en jet privado a costa de una fundación altruista creada ex profeso. ¡Qué rápido pasó la semana! El martes honramos al rey Emérito por habernos regalado la democracia, y el viernes lo culpamos de conductas incívicas por intentar regularizar sus últimos 5 años fiscales (los otros están prescritos). ¿Y qué me dicen del canto a los valores del altruismo y la amistad? Juan Carlos viajó en jet privado y dispuso de los mejores hoteles del mundo gracias a donaciones de una fundación, y ahora sus amigos le pagan, además, los impuestos (sólo los no prescritos). Pero el que sale en las portadas del ABC, de La Razón, y de etc. etc. (el día antes de las elecciones catalanas) es otro Juan Carlos, Monedero, ¡por hacer una factura en domingo! No sé qué pensarán los 3000 trabajadores del ERTE de El Corte Inglés de estas cosas que digo, porque cuesta mucho compartir perspectivas y mucho más acuerdos. ¡Fíjense en el CGPJ! El PP, que yo creía que debería estarse calladito y ocupado en buscar sede nueva, se permite vetar la representación de Podemos. ¡Hasta ahí podíamos llegar! ¡Jueces podemitas! Luego nos extrañamos de sentencias y autos judiciales que obligan a reponer el callejero franquista o acusan al señor de esta foto, supuestamente hecha en Linares, de desacato a la autoridad después de haber recibido una soberana paliza por parte de dos agentes ¡del orden! La perspectiva, la perspectiva, que nos obliga a condenar unas violencias sí y otras no.

PD: no hay semana sin pérdida dolorosa. El mundo del libro en mi ciudad, Oviedo, había perdido a Alberto Polledo y a Luis Arias Argüelles, emparentados entre sí por lazos familiares y también por su amor al libro, y ahora se lleva a Conchita Quirós, la última librera con nombre propio en la ciudad. Me gustaría pensar que hay una buena biblioteca allá adonde vayan las almas buenas.

       DdA, XVII/4776      

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