jueves, 11 de febrero de 2021

FEDERICO, EL BORRICO OREJÓN, TRAE OTRA INTOXICACIÓN

 


Vicente Bernaldo de Quirós

A finales de mayo de 2018, cuando se conoció la sentencia del caso Gürtel, Federico Jimenez Losantos bramaba en sus diferentes púlpitos mediatícos contra la dura condena para Luis Bárcenas, mientras los dirigentes del Partido Popular, sobre todo Mariano Rajoy salían prácticamente indemnes del asunto. al menos en lo personal.

Es verdad que el periodista de la extrema derecha siempre fue muy hostil a la figura de Rajoy, al que llamaba 'maricomplejines', utilizando la doble condición de escasamente bravucón son sus oponentes políticos y por las sospechas de muchos españoles de que el entonces presidente del Gobierno no era un heterosexual convencido, lo que dio pie a chistes y chascarrillos de muy mal gusto para una sociedad moderna.
De aquella, nos enteramos por los papeles de Bárcenas que Jiménez Losantos había percibido dinero de la caja del PP para que suscribiera las mentiras tradicionales de la derechona a través de un panfleto llamado Libertad Digital, entre cuyas fake news más conocidas era la de que las bombas del 11-M habían sido obra de ERA, como pretendía José María Aznar.
En realidad el locutor, tertuliano y rey de las maledicencias fue toda la vida un servil palanganero de José María Aznar a quien le bailó el agua siempre que se le reclamaba en los círculos de FAES y le brindó todo su apoyo periodístico para que volviera a las medidas franquistas.
Ahora terminamos de enterarnos que el silencio cómplice de Jiménez Losantos y su amanuense servicio al PP costó a las arcas publicas 140.000 euros, según los datos del sumario que se está ahora juzgando en la Audiencia Nacional, lo que explica con claridad porqué al bajito de Teruel le disgustaba tanto la condena a su mecenas.
El periodista turolense estuvo en su juventud en el Partido Comunista y él mismo tiene a gala decir que fue un luchador contra la dictadura. Pero tanto él como Fernández Sanchez Dragó u otros opinadores que se vincularon al PCE en su juventud y no podían obtener tajada alguna de esta militancia optaron por abandonar al comunismo y en un movimiento pendular abrazar las ideas de los más radicales de la derecha.
En mi niñez, en aquel programa infantil que se emitía todas las tardes en la tele estatal, Paquito Cano, que encarnaba al popular Locomotoro, introducía la música en el espacio diciendo "Federico, el borrico orejón, ya nos trae otra canción". Creo que es el momento de parafrasear a los chiripitifláuticos y entonar aquello de "Federico (Jimenez Losantos), el borrico orejón, trae otra intoxicación". Que es lo suyo, claro.

DdA, XVII/4756

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