miércoles, 24 de febrero de 2021

EN 1981 HUBO UN GOLPE DE ESTADO QUE TRIUNFÓ: LA DIMISIÓN DE SUÁREZ


Pedro Alberto García Bilbao

Dijo Suarez en su dimisión: Un político debe saber cuando luchar por mantenerse en su puesto le supondrá al pueblo "pagar un precio". ¿Qué precio iba a pagar el pueblo español si Suárez no dimitía? ¿Quiénes se lo harían pagar?
El precio a pagar es, en sus palabras: "la continuidad de una obra exige un cambio de personas y yo no quiero que el sistema democrático de convivencia sea, una vez más, un paréntesis en la historia de España".
Está claro. De seguir el como presidente, su obra, el sistema democrático, no tendría continuidad, sería, otra vez, "un paréntesis en la historia de España". Dice que ha llegado a ese convencimiento y por eso toma la decisión de marcharse "sin que nadie se lo pida".
También dice: ”No me voy por cansancio. No me voy porque haya sufrido un revés superior a mi capacidad de encaje. No me voy por temor al futuro. Me voy porque ya las palabras parecen no ser suficientes y es preciso demostrar con hechos lo que somos y lo que queremos."
El panorama que se desprende es terrible. Afirma que su objetivo es un sistema democrático, que si se mantiene en su puesto quien pagara un precio será el pueblo y que ese precio será el fin del sistema democrático. Y cree que si queda se acabará todo, y si se va tal vez no
Hay base para afirmar que Suárez fue amenazado. ¿Quién le amenazó? Y sobre todo ¿Qué papel jugó el rey? ¿Le apoyó o le retiró su apoyo? Si el rey forzó la salida de un presidente elegido, eso, en si mismo es ya un GOLPE, legalmente no tenía atribuciones.
Y si son los militares los que exigen que se marche y se marcha para "evitar que sea el pueblo el que pague un precio", pues obviamente es también un golpe.
Así que en realidad, la dimisión del presidente Suárez el 29 de Enero de 1981 fue un golpe de estado, cuyos responsables fueron el rey Juan Carlos y la cúpula militar. El 23F asistimos a un choque de tendencias entre los golpistas en el que la más sanguinaria no logró imponerse.
En 1981 hubo un golpe que triunfó: la dimisión de Suárez. Un presidente elegido por el parlamento fue obligado a marcharse "para que el pueblo no pagase un precio". El pueblo como rehén, la democracia como víctima o como botín.

                DdA, XVII/4773               

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