jueves, 25 de febrero de 2021

ELENA SANTIAGO, OSCURA CLARIDAD

Félix Maraña

En la Casa Museo Zorrilla de Valladolid han dedicado un encuentro para recordar a Elena Santiago, escritora y escritura en la que vida y obra se funden y confunden. En Elena Santiago se confunden literatura y vida. No escribía para hacer literatura, para ser escritora, sino para ser Elena y no dejar su autenticidad en manos ajenas. Sé que en este mundo cuantitativo la relevancia social de una escritora se mide por el número de lectores o las tiradas de sus libros. Pero en el libro de la vida no se tienen en cuenta estas medidas de peso, cantidad y rédito. Elena es una escritora que entregó su vida sin disimulo o regate, con total generosidad, en las páginas de papel, territorio donde siempre podemos encontrar su conducta vital, ya que toda ella se descomponía y entregaba en cada palabra. Puede uno sentir que en su obra se aparece un tratado continuo de melancolía irreparable, pero tiene tal presencia y peso el aliento vital de la propia autora que todos los sentimientos de tristeza se reconvierten. Hay en toda su obra una dulzura y entraña y bondad que nos ayuda a mejorar. Porque Elena, cuando iba a escribir, iba con toda ella dentro. Por eso en su obra están todos los rincones, valores y aspiraciones de su humanidad total y generosa. Una sublimación de la melancolía. Cuando Elena escribía lo hacía para no dejar de ser Elena y para ser generosamente en los demás.

DdA, XVII/4774

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