Isidoro siempre fue lo que fue, el mayor traidor de la clase obrera de este país, pero con el paso de la edad se acrecienta su cinismo, hipocresía y fariseísmo. Isidoro, en una entrevista en la Cadena Ser, arremete duramente con el procés y sus líderes a los cuales lanza despiadadas acusaciones y descalificaciones.
Pero para conocer a este trilero,
encantador de serpientes, sepan que es el mismo, que compartía en "La
Bodeguilla" de la Moncloa, tertulias con Jordi Pujol, cuando el corrupto
"honorable" venía a pedirle más y más millones para Cataluña, y el
chaqueta de pana, entonces no renegaba del nacionalismo catalán, de la misma
forma que tampoco lo hacía con el nacionalismo vasco. Entonces Isidoro era
delicado y muy espléndido con los nacionalistas, pues les eran necesarios para
gobernar. Para mentir hay que tener memoria, y no es que Isidoro la haya
perdido, simplemente que no tiene vergüenza.
Hubo un tiempo que parecía que Isidoro y
el Bigote de las Azores estaban en "orillas distintas", pero todo
era una estrategia para afianzar y cronificar el sistema bipartidista, pues el
tiempo es el juez más justo que hay, que quita y dar razones y poner a cada
cual en su lugar, y el paso del tiempo, una vez más, le ha dado la razón al maestro don Julio Anguita, cuando hablaba de las dos orillas, pues González y
Aznar, siempre estuvieron en la misma, aunque intentaran inocular en el
imaginario colectivo, que estaban en orillas distintas. Miren lo bien que se
llevan ahora ambos, que hasta comparten la misma estrategia política, desgastar
el Gobierno.
DdA, XVI/4742
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