martes, 12 de enero de 2021

ANTE UN NUEVO CONFINAMIENTO

 


Félix Población

Tal como se preveía, sin que se tomaran todas las prevenciones requeridas para evitarlo, asistimos a la tercera ola de la pandemia del coronavirus con un incremento notable de los contagios en el país, una vez que se han dejado atrás las fiestas navideñas. 

A la falta de decisión en la aplicación de medidas más rigurosas, se ha sumado el comportamiento lamentable de no pocos ciudadanos y, finalmente, una nevada en Madrid que, por la pésima gestión de sus gobernantes, ha dejado la exclusiva del transporte urbano al metro, con la consiguiente masificación de viajeros sin un aumento proporcional en el número de trenes*. (Siempre me acuerdo de Carmena y su ahijado ante el actual desgobierno en Madrid).

"La tercera ola avanza sin control. Quince comunidades se encuentran en riesgo extremo", leemos en el diario La Vanguardia. Cataluña es una de ellas y, sin embargo, están pendientes allí unas elecciones autonómicas que el vicepresidente Aragonés no se atreve a aplazar porque quiere que la decisión sea colegiada entre los partidos. Tampoco el Departament de Salut se atreve a aconsejarlo, a pesar de sus informe sobre la deriva negativa de la pandemia. 

Según una encuesta publicada por ese mismo periódico, algo más del 37 por ciento de los catalanes se inclina por gestionar las competencias del actual Estatut. Poco más del 21 apoya negociar la celebración de un referéndum de autodeterminación. Solo algo más de un 9 por ciento está  por repetir el esperpento de la declaración unilateral de independencia para proclamar la república catalana. 

Me parece que con estos datos, que como dice Màrius Carol denotan que los catalanes prefieren hoy tener los pies en el suelo, aplazar las elecciones en aquel país es imprescindible. Como lo va a ser un nuevo confinamiento en toda España. Y esperemos que, como ocurrió con el verano y estas pasadas navidades, la semana santa no sea ocasión para una cuarta ola.

*Según la presidenta Ayuso el metro es seguro porque la gente no va abrazada.

      DdA, XVII/4728      

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